El Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus sistemas de defensa aérea destruyeron un avión de combate MiG-29 ucraniano y neutralizaron decenas de drones en las últimas 24 horas de la guerra en Ucrania.
Según el comunicado oficial, las fuerzas rusas abatieron un caza MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania, junto con cinco bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, dos bombas JDAM, cuatro cohetes HIMARS de origen estadounidense y 123 drones de aviación.
El Ministerio también presentó un nuevo balance de pérdidas ucranianas desde el inicio de la invasión, asegurando que Kiev ha perdido 654 aviones, 283 helicópteros, 43.895 drones, 594 sistemas de misiles antiaéreos, 21.519 tanques y vehículos blindados, así como 31.815 vehículos de transporte militar. No obstante, estas cifras no pueden verificarse de manera independiente.
Desde que comenzó la guerra con Rusia, la Fuerza Aérea de Ucrania ha experimentado una reducción considerable en su flota de MiG-29, que ha sido un pilar clave de su defensa aérea. Diversos informes y pruebas visuales han documentado el impacto de estas pérdidas en la capacidad operativa del país.
El MiG-29, identificado por la OTAN como “Fulcrum”, ha desempeñado un papel central en los combates aéreos desde la escalada de la guerra. En 2014, durante la guerra en el Donbás, Ucrania confirmó la pérdida de dos aviones de este modelo. Sin embargo, con la invasión a gran escala de 2022, el número de bajas aumentó drásticamente.
Algunas estimaciones indican que, para finales de 2023, Ucrania conservaba alrededor de 24 MiG-29 en servicio, reflejando una disminución considerable respecto a su flota previa a la guerra. Este descenso se atribuye a los constantes enfrentamientos aéreos y ataques con misiles contra bases ucranianas.
En los primeros meses de 2025, Rusia reportó la destrucción de otro MiG-29 ucraniano, manteniendo el patrón de pérdidas constantes. A finales de 2024, se informó que Ucrania perdió hasta 17 MiG-29 en solo diez días de intensos combates, lo que evidencia la crudeza de la guerra aérea.
Incidentes específicos han resaltado el desgaste de la aviación ucraniana. En un ataque con misiles contra una base aérea en Dolgintsevo, cerca de Kryvyi Rih, Rusia afirmó haber destruido un MiG-29 en tierra. Otro episodio significativo incluyó la pérdida de dos cazas Su-27 y un MiG-29 en un enfrentamiento aéreo, lo que refleja el impacto en la ya envejecida flota soviética de Ucrania.
Más allá de las cifras, cada aeronave derribada representa un revés para la capacidad defensiva de Ucrania, limitando su control del espacio aéreo y su apoyo a las tropas en tierra. Ante la continua presión rusa, Kiev ha debido operar con equipamiento obsoleto mientras espera la llegada de los prometidos cazas F-16 occidentales, considerados esenciales para modernizar su fuerza aérea.
Las cifras y declaraciones de ambas partes a menudo carecen de confirmación independiente, pero la tendencia general es clara: la flota de MiG-29 de Ucrania se ha reducido significativamente. El número real de pérdidas podría ser aún mayor, dado el contexto de guerra y la estrategia de Kiev de mantener en reserva cierta información para evitar afectar la moral y la seguridad nacional.