El ministro ruso de Defensa declara que en un mes derribaron más aeronaves ucranianas que F-16 comprometidos por Occidente.
Con la anhelada adquisición de F-16 por parte de Ucrania en proceso, Sergey Shoigu, ministro de Defensa de Rusia, asevera que la cantidad de aviones ucranianos abatidos en el mes pasado por la defensa antiaérea rusa duplica el número de cazas prometidos por el Occidente.
Durante una comunicación oficial, Shoigu expuso que las fuerzas rusas derribaron más de 1.400 objetivos ucranianos, incluidos seis ATACMS y 37 aviones. “Nuestra defensa antiaérea ha demostrado su valía, eliminando más de 1.400 objetivos, incluyendo 37 aeronaves y seis misiles ATACMS”, indicó, y además lanzó una firme advertencia hacia Ucrania.
Tras intensas solicitudes, EE. UU. accedió a suministrar a Ucrania el sofisticado F-16, siendo Dinamarca y los Países Bajos, miembros de la OTAN, los primeros en comprometerse a entregar estos aviones. A esta promesa se sumaron Noruega y Bélgica.
La Fuerza Aérea danesa acordó donar 19 F-16 mejorados, mientras que el contingente holandés consideró proporcionar alrededor de 42 F-16 en fases. En total, se espera que Ucrania incorpore 61 cazas de estas naciones, con una expectativa de recibir más de una docena al iniciar las entregas en 2024.
Shoigu sugiere que, dada la efectividad de las defensas rusas, serían necesarios solo 20 días para destruir la totalidad de los F-16 que la OTAN está facilitando a la Fuerza Aérea Ucraniana. “Esto significaría que, ante nuestras defensas, los F-16 tendrían un uso efectivo de apenas 20 días”, explicó.
Confirmando acciones del último mes, la Fuerza Aérea de EE. UU. informó que un grupo seleccionado de pilotos ucranianos comenzó su entrenamiento en F-16 en la Base Morris de la Guardia Nacional Aérea en Tucson, Arizona.
En una conferencia de prensa el 31 de octubre, el general Patrick Ryder, portavoz del Departamento de Defensa de EE. UU., comunicó que la preparación de las Fuerzas Armadas ucranianas en estos aviones podría durar entre cinco y nueve meses.
Oficiales ucranianos han subrayado que contar con los F-16 mejoraría significativamente su capacidad de enfrentamiento contra la avanzada Fuerza Aérea rusa. No obstante, expertos militares globales han llegado al consenso de que estos cazas no son necesariamente la panacea definitiva para Ucrania.
A pesar de poseer una flota de aviones de combate modernos y mortíferos, el dominio aéreo de Rusia en Ucrania ha sido desafiado por un sistema de defensa antiaérea ucraniano fuertemente desplegado. La pugna por la supremacía en los cielos sigue indecisa, con ambos países sin una clara ventaja.
La contienda aérea entre los países ha estado marcada por un extenso uso de artillería antiaérea y misiles tierra-aire (SAM), que se han convertido en los pilares del control del espacio aéreo. No obstante, las limitaciones visuales de los SAM los hacen menos efectivos en la vasta geografía de Ucrania, en particular a baja altura, lo que ha abierto un nicho estratégico para la acción de los aviones de combate.
Por su agilidad y mayor alcance visual, los aviones de combate emergen como alternativas claves donde la cobertura de SAM es deficiente. Evadiendo misiles enemigos, estos cazas tienen la capacidad de enfrentar objetivos aéreos más bajos. Tal capacidad subraya las continuas solicitudes de Ucrania a sus aliados occidentales, especialmente por F-16.
Los F-16 americanos han sido identificados por Ucrania como aptos para múltiples roles, desde el apoyo aéreo a tropas hasta el combate de aviones y misiles adversarios. Michael Bonhert de RAND Corporation sugirió que “el avión se empleará principalmente para reforzar la defensa antiaérea mediante la interceptación de misiles de crucero”. Con la limitada ofensiva misilística de Rusia, pocos F-16 podrían ser efectivos contra incursiones de misiles de crucero, reduciendo la presión en los SAM ucranianos.
Bonhert explicó que tras dominar los F-16, Ucrania tendría la capacidad de neutralizar los SAM rusos, un desafío potencialmente más complejo que operaciones convencionales. Equipados con AGM-88, estos cazas pueden ser decisivos contra sistemas SAM rusos avanzados, difíciles de reponer una vez destruidos.
Con la llegada de los primeros F-16 a Ucrania, se abre la posibilidad de realizar estas misiones. No obstante, retos como el entrenamiento y mantenimiento de estas aeronaves complican su uso efectivo por parte de la Fuerza Aérea Ucraniana.
Mientras Rusia se adapta al arsenal militar recientemente incorporado por Ucrania, que incluye desde HIMARS hasta Storm Shadow y ATACMS, persisten dudas sobre si la introducción de los F-16 será un punto de inflexión en el conflicto.
Finalmente, el osado pronunciamiento del ministro de Defensa ruso, asegurando derribar todos los F-16 en 20 días, se enfrenta al escepticismo por su factibilidad.