En su última oferta para asegurar la licitación de adquisición de submarinos del Ministerio de Defensa de la India, Rusia ha ofrecido a Nueva Delhi un proyecto conjunto de desarrollo diesel-eléctrico basado en el diseño del submarino ruso de clase Amur.
En un intento de socavar a sus competidores suecos, franceses y alemanes, el Kremlin va más allá de un acuerdo de licencia convencional en favor de un sistema de transferencia de tecnología: “No se nos presenta [una idea de] la producción bajo licencia habitual de submarinos, proponemos elaborar conjuntamente un proyecto con nuestros socios indios y construir conjuntamente el primer modelo piloto sobre la base del proyecto de submarino diesel-eléctrico Amur-1650, equipado con un sistema de propulsión independiente del aire”, dijo Vladimir Drozhzhov, Director Adjunto del Servicio Federal Ruso de Cooperación Militar-Técnica, en un comunicado de prensa emitido la semana pasada. El submrino propuesto será compatible con una variante lanzada desde submarinos del misil supersónico de crucero BrahMos, que a su vez fue fabricado conjuntamente por Rusia y la India.
La propuesta de Rusia fue diseñada en el espíritu del plan de adquisiciones del Ministerio de Defensa de enero de 2019, un subconjunto de la iniciativa Make In India del primer ministro indio Narendra Modi, que pide que seis submarinos convencionales sean producidos por la industria de defensa indígena de la India en colaboración con un fabricante de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés). Drozhzhov añadió que nuestra “propuesta preliminar es mucho más favorable que la de otros socios extranjeros”, refiriéndose a su énfasis en el apoyo a la industria de construcción de submarinos nacionales de la India. “Este proyecto puede ser implementado con éxito en el interés de nuestros países”.
El proyecto Amur es la variante de exportación de la próxima clase Lada de Rusia, la sucesora diesel-eléctrica de la envejecida línea de submarinos de ataque soviéticos Kilo. Sin embargo, hay un curioso grado de superposición de especificaciones entre el Lada y el Kilo. La característica principal que define a Lada, si no la única justificación para su existencia, es su sistema de propulsión independiente del aire (AIP), que supuestamente genera la mitad del ruido del sistema de un submarino diesel-eléctrico de Kilo, ofrece un 25% menos de desplazamiento (peso del buque), y facilita un tamaño de tripulación significativamente menor.
Sólo hay un problema: el fabricante, la Oficina Central de Diseño de Rubin, no ha sido capaz de producir un prototipo funcional equipado con AIP; los dos primeros submarinos del proyecto Lada, San Petersburgo y Kronstadt, fueron construidos con motores diesel-eléctricos convencionales. La confirmación de Drozhzhov de que el modelo piloto Amur de producción conjunta contará con un sistema AIP resulta aún más intrigante a la luz de los continuos problemas del proyecto Lada en Rusia, así como del hecho de que las directrices de búsqueda de adquisiciones de la India exigen explícitamente diseños con sistemas AIP.
Hay poco que sugiera que Rubin haya hecho avances significativos en la tecnología AIP durante el último año; por el contrario, los medios de defensa rusos están informando que el desarrollo del AIP de Rusia se ha retrasado hasta finales de 2020 debido a preocupaciones presupuestarias. En cambio, detrás de la generosa oferta de transferencia de tecnología de Drozhzhov surge un aparente quid pro quo: Moscú proporcionará a Nueva Delhi la experiencia y la asistencia técnica necesarias para producir en el país submarinos de la clase Amur, a cambio de la inversión india en un sistema AIP de producción conjunta que luego será reapropiado por la propia industria de construcción naval de Rusia.
En un momento en el que el presupuesto naval de Rusia se está agotando debido a un exceso de ambiciosos compromisos a largo plazo, incluidos los próximos submarinos Yasen y Borei, compartir los costes de desarrollo del AIP con la India podría proporcionar a Rubin el impulso de recursos que necesita para volver a encarrilar el moribundo proyecto Lada.