Un avión ruso A-50U de Sistema de Alerta y Control Aéreo (AWACS) fue destruido en un ataque con drones en la base aérea de Machulishchy (Bielorrusia) en el incidente que tuvo lugar el domingo por la noche.
Tras los informes iniciales que afirmaban que había sido llevado a cabo por un grupo partisano bielorruso alineado con Ucrania, BYPOL, la organización reivindicó posteriormente la autoría y confirmó los ataques. Los daños sufridos por el A-50 también han sido más o menos importantes y harán que no pueda volar durante un periodo significativo.
Al parecer, BYPOL utilizó dos drones en una operación de “sabotaje” y aprovechó el “gran” tamaño de la aeronave. “Observamos que el A-50U es un objetivo bastante ‘conveniente’ debido a su gran cúpula de fibra de vidrio (más de 10 metros de diámetro), donde se encuentra una antena giratoria del sistema de radar Shmel”, se leía en un tuit del Proyecto Hajun bielorruso.
Se desconoce la marca de los drones utilizados en el ataque, pero los informes no indican que se trate de un gran UAV como el Tu-141 Strizh que Ucrania había utilizado en el pasado para atacar bases aéreas rusas.
Un avión tan grande habría dejado tras de sí graves daños, restos y posiblemente víctimas humanas. Un dron comercial modificado, con explosivos atados a él, es una posibilidad, ya que ha sido una práctica característica de Ucrania a lo largo de la guerra.
Enfado de Rusia y Bielorrusia
Las agencias de seguridad bielorrusas encontraron más tarde una bolsa con paneles de control de drones, lo que confirmó el acto de sabotaje. Tanto Moscú como Minsk tratarán ahora posiblemente este hecho como un acto terrorista.
Rusia lleva tiempo acusando a Ucrania de utilizar métodos que, según ella, la califican de táctica “terrorista”, tras el asesinato de civiles en territorio ruso (Daria Dugina) y el bombardeo del puente de Kerch.
Sin embargo, lo que está por ver es si la inutilización del avión AWACS repercutirá en las operaciones de las fuerzas aéreas rusas (VVS) desde el espacio aéreo bielorruso, ya que las VVS disponen de muy pocos aviones AWACS. En ninguno de los materiales publicitarios publicados por el Ministerio de Defensa ruso (RuMoD) han aparecido aviones para misiones especiales como los AWACS.
La razón podría ser puramente de seguridad operacional y táctica, y es poco probable que signifique que la VVS no haya empleado estos aviones. El MiG-31K ruso, que lleva los misiles hipersónicos Kinzhal, también opera desde Machulishchy.
Machulishchy está a 12 kilómetros de la capital, Minsk, que según los primeros informes fue sacudida por “dos potentes explosiones”. Más tarde, el grupo BYPOL se atribuyó el ataque, y varios informes citaron declaraciones de celebración del grupo.
“Uno de los nueve AWACS de las Fuerzas Aeroespaciales rusas valorado en 330 millones de dólares (fue destruido)”, decía una declaración atribuida al grupo en un canal de Telegram.
“Se trataba de aviones no tripulados. Los participantes en la operación son bielorrusos. (Han logrado) la ‘Victoria’ y ahora están a salvo fuera del país. Todos se han marchado. Que ahora busquen el viento en los campos”, decía una declaración atribuida al jefe de la asociación BYPOL, Alexander Azarov. El avión “definitivamente no volará a ninguna parte”, añadió BYPOL.
Rusia ya es deficitaria en AWACS
Se sabe desde hace tiempo que Rusia cuenta con pocos aviones AWACS, y éste era uno de los nueve que tenía en su inventario. Belarus Hajun afirmó que el A-50 (matrícula RF-50608) llegó a Bielorrusia el 3 de enero de 2023, cumpliendo “54 días en la República de Bielorrusia”, y voló “12 salidas”.
Antes de eso, la última vez que el avión voló a Bielorrusia fue el 24 de febrero de 2022, cuando Rusia comenzó su operación militar especial.
El Beriev A-50 es un avión AWACS de la era soviética basado en el avión Ilyushin Il-76 que voló por primera vez en 1978. Entró en servicio en 1985, produciéndose unos 40 hasta 1992. Es probable que su escasez y los retrasos registrados en la introducción del A-100 AWACS debido a las sanciones industriales y tecnológicas afecten a la capacidad de Rusia contra las capacidades de ataque aerotransportado de largo alcance, si Ucrania las adquiere en el futuro.
Con Estados Unidos armando a Ucrania con tanques M1A2 después de que el presidente Joe Biden los rechazara rotundamente hace un año, cuando comenzó la guerra, también podría reconsiderarse la negativa a los cazas occidentales.
Ucrania ha estado exigiendo F-16, y algunos países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) incluso han estado entrenando a sus pilotos en caso de que se tome tal decisión. Por lo tanto, la criticidad de los aviones de alerta temprana se hace aún más aguda para Rusia.
Algunos blogueros de defensa rusos en grupos de Telegram temen ahora que expertos militares occidentales, a los que Rusia acusa desde hace tiempo de ayudar en secreto a las tropas ucranianas sobre el terreno, puedan aprovechar la ausencia de un AWACS y ayudar a Ucrania a idear tácticas para un uso más audaz de sus cazas MiG-29 y Su-27.
Esto, sin embargo, podría ser una apuesta peligrosa para Ucrania, dadas sus enormes pérdidas de aviones y la muy superior flota de cazas de Rusia, que, si consigue derribar los aviones ucranianos, erosionará incluso la escasa capacidad de denegación aérea que posee.