El sistema ruso S-500 es desplegado en Crimea para proteger el estratégico puente de Kerch de ataques ucranianos.
Despliegue de sistemas S-500 en respuesta a las pérdidas del S-400
Tras la pérdida de varias de sus mejores baterías de defensa aérea S-400 frente a los cohetes ATACMS de fabricación estadounidense, Rusia se vio obligada a actuar desesperadamente. Según el jefe de inteligencia ucraniano Kyrylo Budanov, los rusos han desplegado parte de su primer, y aparentemente único, nuevo sistema de defensa aérea S-500 para proteger el estrecho de Kerch desde un sitio en Crimea ocupada por Rusia. Este estrecho es crucial, ya que el puente de Kerch es una de las principales líneas de suministro del Kremlin hacia el sur de Ucrania ocupado.
The first public footage of a live-fire test of the S-500 anti-ballistic missile system at Kapustin Yar. The question is whether this is the 40N6 missile that the S-400 can also employ (which is my guess) or from the 77N6-series of missiles.https://t.co/rXopj61Sn1 pic.twitter.com/fL1AM1VlQl
— Rob Lee (@RALee85) July 20, 2021
El S-500 ha estado en desarrollo durante más de una década, y su línea de tiempo de finalización se ha extendido repetidamente debido a que las demandas de la guerra drenan los recursos de los presupuestos de investigación y desarrollo del Kremlin. El uso a gran escala está programado para 2025. El despliegue de la incompleta batería S-500 en Crimea subraya lo grave que es el problema de defensa aérea de Rusia en la península.
Budanov fue generoso en su evaluación, calificando esto como un “uso experimental”. No se esperan grandes resultados, ya que el S-500, tal como existe en este momento, es solo una mejora modesta sobre el antiguo S-400. Últimamente, los ATACMS de Ucrania han estado eliminando baterías S-400 aproximadamente una vez al mes, erosionando de manera constante el inventario preguerra de la fuerza aérea rusa de alrededor de 50 baterías de este tipo.
Capacidades técnicas del S-500 y su radar 77T6
En teoría, una batería S-500 incluye tres radares, dos de los cuales son idénticos a los que utilizan las baterías S-400. El tercer radar, el 77T6, está optimizado para detectar misiles balísticos de alta velocidad, como los ATACMS. Sin embargo, el 77T6 es relativamente nuevo y envuelto en misterio. Las capacidades del 77T6 “permanecen desconocidas”, explicó Thomas Withington en un informe de 2022 para el Royal United Services Institute en Londres.
El S-500 probablemente funciona mejor con un misil especial que los rusos también optimizaron para objetivos balísticos como los ATACMS estadounidenses. Este misil, el 77N6, se diseñó originalmente para ser un misil “hit-to-kill”, es decir, un misil sin ojiva que destruye su objetivo colisionando directamente con él. Este enfoque permite que el misil sea más ligero, maniobrable y preciso.
No obstante, según Defense News, la industria rusa ha tenido dificultades para obtener los componentes electrónicos de precisión necesarios para producir misiles “hit-to-kill”. Por lo tanto, aunque el prototipo del S-500 ha disparado al menos un misil 77N6, actualmente, el 77N6 tiene una ojiva y no es un misil “hit-to-kill”, lo que reduce su efectividad contra misiles balísticos.
Limitaciones del S-500 frente a los cohetes ATACMS
En otras palabras, el S-500 probablemente no sea tan eficaz como podría ser contra el arma que ha estado acosando las baterías de defensa aérea rusas en Crimea: el misil ATACMS de 1,5 toneladas, guiado con precisión, cada uno de los cuales dispersa cientos de submuniciones letales sobre una amplia área. Cualquiera de esas submuniciones puede deshabilitar un sistema delicado como el S-400 o el S-500.
La presión para reforzar las defensas aéreas en la península ha llevado al Kremlin a tomar medidas improvisadas, destacando las limitaciones actuales de su tecnología de defensa. Esta situación también refleja los desafíos más amplios que enfrenta Rusia en la guerra tecnológica y la necesidad urgente de modernizar y completar el desarrollo de sus sistemas de defensa.
El despliegue experimental del S-500 en Crimea es una muestra de las dificultades y la desesperación del Kremlin por mantener una defensa aérea eficaz ante la creciente eficacia de los ataques ucranianos con ATACMS.