China ha alcanzado un hito significativo en tecnología militar gracias a un software avanzado para guerra electrónica. El programa “Yaoguang”, creado por el profesor Li Bin y su equipo en la Universidad de Ciencia Electrónica y Tecnología de China, ha revolucionado los procesos de simulación y análisis en campos electromagnéticos, superando los estándares actuales.
Esta herramienta permite simulaciones complejas, como la radiación de radares modernos, en menos de 12 minutos, comparado con las horas que requieren alternativas occidentales como Ansys HFSS. Además, el software utiliza una sexta parte de los recursos computacionales que estas soluciones tradicionales demandan, lo que lo hace eficiente y económico para diversas aplicaciones industriales y científicas.
Diseñado para analizar la dispersión electromagnética de equipos militares avanzados, como portaaviones con catapultas electromagnéticas, “Yaoguang” se posiciona como una pieza clave en el diseño de armas de próxima generación. No solo acelera los ciclos de investigación y desarrollo, sino que también mejora la precisión de los cálculos en casi un 50%.
El acceso gratuito y el bajo costo de operación de “Yaoguang” han generado interés global, beneficiando a pequeñas instituciones de investigación y empresas que desean participar en la carrera tecnológica de sistemas de armas electrónicas. Esta ventaja estratégica contrasta con las soluciones occidentales, que dependen de licencias costosas y plataformas informáticas más robustas.
El desarrollo de este software no solo fortalece la independencia tecnológica de China frente a posibles restricciones de acceso a tecnologías extranjeras, sino que también establece nuevas barreras para la competencia occidental. Las autoridades chinas consideran estas innovaciones esenciales para la seguridad nacional y la estabilidad económica.
Con un impacto que podría redefinir la dinámica de los conflictos futuros, “Yaoguang” marca una nueva etapa en la guerra electrónica, donde la velocidad y la precisión serán determinantes. Al mismo tiempo, evidencia el cambio de China de ser un consumidor de tecnologías extranjeras a un creador de innovaciones que transforman el panorama global.