Un piloto ruso a bordo de un Su-27 disparó sin autorización a un avión de reconocimiento RC-135 Rivet Joint de la RAF.
El delicado equilibrio de la geopolítica a menudo implica tomar riesgos considerables, tal como se evidencia en la invasión rusa a gran escala de Ucrania. Rusia, en su intento por disuadir la intervención occidental, enfrenta el dilema de no poder sostener un conflicto simultáneo con las potencias occidentales. En contraparte, las naciones occidentales buscan apoyar a Ucrania sin precipitarse hacia un conflicto directo con Rusia.
En este contexto, naciones como el Reino Unido han ejecutado misiones de recopilación de inteligencia desde el espacio aéreo internacional sobre el mar Negro para brindar apoyo a Ucrania.
Estas operaciones, aunque calculadas, no están exentas de errores humanos que podrían escalar rápidamente las tensiones. Un ejemplo crítico de esto ocurrió cuando un piloto ruso a bordo de un Su-27 disparó sin autorización a un avión de reconocimiento RC-135 Rivet Joint de la RAF, también conocido como el “Joint Rivet”, en un incidente que estuvo a punto de convertirse en un desastre diplomático debido al mal funcionamiento de los misiles rusos. A la fecha, Rusia ha reportado la pérdida de al menos 100 aeronaves de ala fija en la guerra con Ucrania.
Escala de tensión en el mar Negro
El 14 de septiembre de 2023, la BBC sacó a la luz detalles intrigantes sobre este incidente después de llevar a cabo su propia investigación. Según fuentes de defensa occidentales no reveladas, la narrativa ofrecida por la BBC difiere significativamente de la versión oficial rusa, la cual fue inicialmente aceptada por las autoridades británicas.
El incidente se remonta al 29 de septiembre de 2022, cuando el avión RC-135 Rivet Joint de la RAF estaba realizando operaciones de vigilancia sobre el mar Negro. Durante la misión, fue interceptado por dos cazas rusos Sukhoi Su-27 (denominados “Flanker” por la OTAN).
La situación se tensó cuando uno de los pilotos rusos interpretó una orden ambigua del control terrestre, que se tradujo al inglés como “tú tienes el objetivo”, como una autorización para atacar la aeronave británica.
Este malentendido fue subrayado por fuentes anónimas de alto nivel de la BBC, quienes lo describieron como indicativo de una grave falta de profesionalismo en la Fuerza Aérea Rusa, destacando que las fuerzas de la OTAN emplean un lenguaje mucho más preciso para estas comunicaciones.
A bordo del RC-135 Rivet Joint, la tripulación estaba al tanto de la comunicación que casi provoca su derribo, un recordatorio de los peligros inherentes a las misiones de inteligencia en zonas de alto riesgo.
Interceptaciones y consecuencias del fuego no autorizado
Según las comunicaciones interceptadas, el segundo piloto ruso interpretó la orden como una directriz para no participar en el combate. No obstante, el primer piloto lanzó un misil que, aunque se desprendió con éxito, falló en adquirir el blanco y erró en su intento de impactar al avión de espionaje británico.
Tras el lanzamiento del primer misil, el segundo piloto expresó su descontento y reprobación hacia su compañero. Pese a las protestas, el primer piloto procedió a disparar un segundo misil, que, según informes, falló al desprenderse del ala, lo que sugiere un posible mal funcionamiento o un aborto del lanzamiento.
El Ministerio de Defensa británico optó por aceptar la versión rusa del incidente, atribuyéndolo a un “mal funcionamiento técnico”. Ben Wallace, el entonces secretario de Defensa, describió el suceso como un “encuentro potencialmente peligroso”. Oficialmente, el gobierno británico decidió no tomar medidas retaliatorias, basándose en la interpretación de que no hubo una escalada deliberada por parte de Rusia. Un funcionario de defensa estadounidense no identificado calificó el incidente de “muy, muy aterrador”.
Derribar una aeronave en espacio aéreo internacional podría ser interpretado como un acto de guerra. La postura oficial británica respecto al incidente se mantiene ambigua y confusa, lo cual, según la BBC, podría ser intencional para no revelar completamente las capacidades de inteligencia del Reino Unido y los detalles de las comunicaciones interceptadas.
A pesar de los riesgos, el Reino Unido ha continuado realizando vuelos tripulados de inteligencia sobre el mar Negro, ahora escoltados por cazas Typhoon armados con misiles aire-aire.
Diferentes umbrales para la escalada en conflictos aéreos
Aunque derribar un avión espía tripulado británico significaría una grave escalada, el impacto de derribar un avión no tripulado estadounidense es percibido de manera diferente.
El 14 de marzo de 2023, CNN reportó que un caza ruso Su-27 colisionó con un dron MQ-9 Reaper estadounidense, provocando su caída y marcando el primer enfrentamiento directo entre Estados Unidos y Rusia desde el final de la Guerra Fría.
Este incidente no desencadenó una escalada mayor; Estados Unidos calificó la maniobra de “imprudente” y “poco profesional”, mientras que Rusia negó cualquier contacto físico con el dron y el uso de armamento. Los pilotos rusos involucrados fueron condecorados con medallas.
A medida que la guerra se intensifica, Rusia ha sufrido pérdidas significativas de su flota de aviones espía AWACS. Al menos dos de sus escasos Beriev A-50U han sido derribados, con otro dañado o destruido en tierra. Uno de los A-50U fue atacado en la base aérea de Machulishchy, en Bielorrusia, y otro en Taganrog, donde imágenes satelitales evidenciaron daños en los hangares, aunque no se confirmó si contenían A-50U en ese momento.
El 23 de junio de 2023, durante una insurrección liderada por mercenarios de Wagner en Rusia, se reportó el derribo de cinco helicópteros y un raro avión espía Ilyushin Il-22M. Además, según el blog Oyrx, otros dos Il-22M sufrieron daños (pero lograron aterrizar) tras ser atacados por la defensa aérea, uno en abril de 2022 y otro el 14 de enero de 2024, probablemente por fuerzas ucranianas, durante el derribo del primer A-50U.