La escalada de la guerra en Ucrania ha expuesto las fisuras y deficiencias de algunos de los aparatos aéreos más confiados del arsenal ruso.
Los informes procedentes de Ucrania sobre el derribo de una cantidad considerable de aeronaves y helicópteros rusos subrayan el denso tejido del combate aéreo en esta guerra, aunque verificar estas afirmaciones de manera autónoma presenta sus propios retos.
El análisis de los modelos Su-34, Su-35 y Su-25 revela tanto sus capacidades como sus vulnerabilidades en el actual teatro de operaciones militares.
Vulnerabilidades en aeronaves rusas en ucrania

Desde el inicio de las hostilidades, Ucrania ha comunicado el derribo de más de 650 aeronaves y helicópteros rusos.
El Estado Mayor de Ucrania, mediante plataformas de redes sociales, informó el derribo de diez aeronaves rusas de era soviética en un lapso de diez días el mes pasado. Aunque dichas cifras no han sido corroboradas de manera independiente, es evidente que Moscú enfrenta retos significativos en el mantenimiento de su flota aérea, ya de por sí disminuida.
Los aparatos Su-34, Su-35 y Su-25 constituyen algunos de los activos más relevantes desplegados por Rusia en este conflicto.
Capacidades y desempeños de los cazas rusos en conflicto
El Su-34, conocido bajo la denominación de la OTAN como “Fullback”, hizo su aparición previa al desmembramiento de la Unión Soviética a finales de los noventa.
Sin embargo, limitaciones presupuestarias retrasaron su entrada en servicio activo hasta el año 2014. Este caza, distintivo por su frontal semejante al de un ornitorrinco y su cabina de disposición lateral, es propulsado por dos motores Saturn AL-31FM1 que le confieren la capacidad de superar velocidades de Mach 1,8.
El armamento del Su-34 es notable, incluyendo misiles Vympel R-27, R-73 y NPO-R-77. A pesar de las altas expectativas puestas en el “Fullback” por parte de Moscú, su rendimiento en el escenario ucraniano no ha cumplido con las proyecciones.

Los análisis sugieren que Rusia ha perdido una fracción significativa, posiblemente más del 10%, de su flota de Su-34 en el transcurso de la guerra.
Desempeño del Su-35 en el escenario ucraniano
El rendimiento del Su-35 en el contexto ucraniano ha sido menos que satisfactorio. Esta aeronave de cuarta generación, evolución del Su-27, ha experimentado varias actualizaciones a lo largo de los años para asegurar su supremacía aérea frente a adversarios.
Conocido como “Flanker-E” por la OTAN, el Su-35 se jacta de encarnar las prestaciones de un caza contemporáneo, dotado de un arsenal diversificado, un sistema de guerra electrónica avanzado y una menor detectabilidad por radar.
El Robusto diseño del Su-25 y su papel en la guerra

El diseño del Su-25 “Frogfoot”, con sus orígenes en la era soviética, realizó su vuelo inaugural hace casi cinco décadas.
Este avión ha sido frecuentemente comparado con el A-10 Thunderbolt II estadounidense, destacándose por ser más ligero y veloz que su contraparte de EE. UU., gracias a sus motores turbojet R-95Sh sin postcombustión montados en la sección trasera del fuselaje.
Armado con una amplia gama de municiones tanto aire-aire como aire-tierra, incluyendo misiles R-3D y KH-23, además del cañón automático AO-17A de 30 mm, el Su-25 ha demostrado ser una plataforma robusta y versátil. A pesar de su antigüedad, la fuerza aérea rusa mantiene en servicio alrededor de 250 unidades del Su-25, probando su valía en combate incluso antes de la actual confrontación.
Recientemente, imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa de Rusia exhibían a una formación de Su-25 ejecutando ataques con cohetes a baja altura sobre territorio ucraniano.
A medida que Ucrania anticipa la recepción de armamento y munición adicional de aliados occidentales, Rusia parece intensificar su ofensiva.
Se espera que la flota de aeronaves rusas restantes enfrente más enfrentamientos en el futuro inmediato, lo que subraya la continua escalada de la guerra y la relevancia persistente de estas aeronaves en el teatro de operaciones.