El caza ruso Su-35S despliega en Ucrania su Modo Bestia, cargando 8,000 kg de misiles R-77, Kh-31 y bombas KAB-1500 para dominar aire y tierra.
Su-35S Flanker-E: Modo Bestia desata potencia en Ucrania
El Sukhoi Su-35S Flanker-E, joya de la ingeniería rusa, ha consolidado su reputación como un depredador aéreo en la guerra de Ucrania. Este caza de generación 4++ activa su Modo Bestia, una configuración de armamento externo que maximiza su capacidad destructiva con hasta 8,000 kg de misiles y bombas distribuidos en 12 puntos de anclaje. Equipado con misiles aire-aire R-77, misiles aire-tierra Kh-31 y bombas guiadas KAB-1500, el Su-35S prioriza potencia bruta sobre sigilo, demostrando su versatilidad en misiones de dominación aérea y ataques terrestres. Su radar Irbis-E y motores con empuje vectorial lo convierten en una máquina letal, capaz de enfrentarse a múltiples amenazas simultáneamente.
En Ucrania, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas han desplegado al Su-35S en configuraciones de carga completa, optimizando su capacidad para neutralizar cazas enemigos, destruir defensas antiaéreas y atacar objetivos terrestres estratégicos. Informes recientes confirman que, desde 2022, estos cazas han ejecutado patrullas de combate aéreo y misiones de ataque con una carga externa que incluye combinaciones de R-77-1 para combates a larga distancia, Kh-31P para supresión de radares enemigos y KAB-1500LG, bombas láser de alta precisión para blancos fortificados. Esta configuración, apodada Modo Bestia por su capacidad de saturación, permite al Su-35S operar como un multirole sin sacrificar su supremacía en el aire.
El radar Irbis-E, un sistema de escaneo electrónico pasivo (PESA), detecta blancos aéreos a 400 km y rastrea hasta 30 objetivos simultáneamente, guiando misiles a ocho de ellos. Su capacidad para operar en modos aire-aire, aire-tierra y aire-mar, combinada con un campo de visión de 120 grados, asegura una ventaja táctica en entornos complejos. Los motores AL-41F1S, con empuje vectorial, otorgan al Su-35S una maniobrabilidad extrema, permitiendo maniobras imposibles para cazas convencionales. Esta supermaniobrabilidad, junto con un alcance de 1,580 km sin reabastecimiento, lo posiciona como un activo clave en operaciones prolongadas.
En el teatro ucraniano, el Su-35S ha enfrentado desafíos significativos. Ucrania, con sistemas como el Patriot y cazas modernizados como el F-16, ha derribado al menos siete Su-35S desde el inicio de la guerra, según datos de Oryx. Sin embargo, el caza ruso ha logrado victorias aire-aire, con reportes de al menos siete derribos de aviones ucranianos, incluyendo MiG-29 y Su-27, además de un helicóptero Mi-14. Su capacidad para lanzar misiles R-37M, con un alcance de hasta 200 km, ha forzado a pilotos ucranianos a adoptar tácticas evasivas, abandonando misiones para evitar enfrentamientos.

Datos clave del Su-35S Flanker-E en Modo Bestia
- Capacidad de carga: 8,000 kg en 12 puntos de anclaje, incluyendo misiles R-77, Kh-31 y bombas KAB-1500.
- Radar Irbis-E: Detecta objetivos a 400 km, rastrea 30 y ataca ocho simultáneamente.
- Motores AL-41F1S: Empuje vectorial con 142.2 kN por motor, permite supermaniobrabilidad.
- Alcance: 1,580 km sin tanques externos; 4,500 km con reabastecimiento.
- Victorias confirmadas: Siete derribos de aeronaves ucranianas, incluyendo cazas y helicópteros.
- Pérdidas: Siete Su-35S destruidos por defensas ucranianas hasta abril 2025.
Armamento y configuraciones del Su-35S en combate
El arsenal del Su-35S en Modo Bestia es un testimonio de su versatilidad. Los misiles R-77-1, con guiado radar activo, alcanzan blancos aéreos a más de 100 km, ideales para combates más allá del alcance visual. Los Kh-31P, diseñados para suprimir defensas antiaéreas, atacan radares enemigos con precisión, mientras que las bombas KAB-1500LG destruyen búnkeres y estructuras fortificadas con guiado láser. En Ucrania, se han observado configuraciones que combinan hasta 14 misiles aire-aire, incluyendo los R-73 de corto alcance, junto con pods de contramedidas electrónicas Khibiny-M, que reducen la detección por radares enemigos.
La ausencia de sigilo, una crítica frecuente al Su-35S, se compensa con su robustez y capacidad de carga. Con una sección transversal de radar de 1 a 3 m², el caza es más detectable que competidores como el F-35, pero su sistema L175M Khibiny-M distorsiona ondas de radar, dificultando el enganche de misiles enemigos. Además, materiales absorbentes de radar en los motores reducen su firma frontal, mejorando su supervivencia en entornos hostiles.
El Su-35S también ha asumido roles inesperados en Ucrania. En abril 2025, reportes del canal ruso Fighterbomber revelaron que estos cazas reemplazaron temporalmente a los aviones de alerta temprana A-50U en misiones de reconocimiento radar. Aunque menos eficientes que el A-50U, los Su-35S utilizaron su radar Irbis-E para detectar aviones ucranianos y guiar otros cazas, demostrando su adaptabilidad táctica.
En Siria, desde 2015, el Su-35S ya había mostrado su destreza, escoltando bombarderos y ejecutando ataques de precisión. Su despliegue en Ucrania ha elevado su perfil, con misiones que van desde patrullas de superioridad aérea hasta ataques a infraestructuras críticas. Sin embargo, la exposición a defensas ucranianas ha incrementado el desgaste de la flota, con un estimado de 100 Su-35S en servicio ruso a principios de 2025.
Evolución y desafíos del Su-35S en el campo de batalla

El desarrollo del Su-35S comenzó en 2003, como una modernización profunda del Su-27, con el primer vuelo del prototipo en 2008. La producción en serie inició en 2010, y la Fuerza Aérea Rusa recibió 48 unidades iniciales entre 2011 y 2015, según Airforce Technology. Diseñado como un puente hacia el caza de quinta generación Su-57, el Su-35S incorpora tecnologías avanzadas, como aviónica digital y sistemas de control fly-by-wire cuádruplemente redundantes.
A pesar de sus capacidades, el Su-35S no está exento de críticas. Analistas de The Aviation Geek Club señalan que su radar Irbis-E, aunque potente, tiene un rendimiento inferior en búsqueda volumétrica, con un alcance real de 200 km para blancos de 3 m², comparado con los 350 km promocionados. Además, su falta de un radar AESA (activo electrónicamente escaneado) lo pone en desventaja frente a cazas como el F-15EX o el Rafale, que integran sensores más resistentes a interferencias. La dependencia de misiles como el R-27, menos avanzados que el R-77, también limita su efectividad en combates a larga distancia.
En Ucrania, el Su-35S ha operado en un entorno de alta amenaza, enfrentando drones, misiles de largo alcance y cazas enemigos. La introducción de F-16 por parte de Ucrania, armados con misiles AIM-120 AMRAAM, ha complicado las operaciones rusas, forzando a los Su-35S a mantenerse a mayor distancia de las líneas frontales. A pesar de esto, su capacidad para lanzar el R-37M, un misil hipersónico de largo alcance, ha mantenido su relevancia, con reportes de hasta seis lanzamientos diarios en octubre de 2022, según el Royal United Services Institute.
El Su-35S Flanker-E, con su Modo Bestia, encarna la filosofía rusa de potencia y versatilidad. Su capacidad para cargar un arsenal masivo, combinada con un radar avanzado y maniobrabilidad extrema, lo convierte en un adversario formidable. Aunque enfrenta desafíos en un campo de batalla moderno, su historial en Ucrania y Siria demuestra que sigue siendo un pilar de la Fuerza Aérea Rusa, capaz de adaptarse a roles múltiples mientras proyecta poder aéreo en conflictos de alta intensidad.