El Su-35S, con motores AL-41F1S y radar Irbis-E, ejecuta maniobras extremas como la Cobra de Pugachev, destacando en combates cercanos.
Su-35S Flanker-E: El rey de la maniobrabilidad en combate cercano
El Sukhoi Su-35S Flanker-E, introducido en 2014, se consolida como un pilar de la fuerza aérea rusa, diseñado para dominar el combate aire-aire cercano. Este caza de cuarta generación avanzada, derivado del Su-27, combina motores de alto rendimiento, aviónica de vanguardia y un diseño aerodinámico optimizado. Su capacidad para ejecutar maniobras extremas, como la famosa “Cobra de Pugachev”, lo posiciona como un adversario formidable en enfrentamientos a corta distancia, conocidos como dogfights. Equipado con misiles R-77 y un radar Irbis-E, el Su-35S ofrece una combinación letal de agilidad y potencia de fuego.
Los motores Saturn AL-41F1S, con vectorización de empuje, son el corazón de la maniobrabilidad del Su-35S. Cada motor genera 137.3 kN de empuje con postcombustión y hasta 142.2 kN en modo de emergencia, permitiendo al caza alcanzar velocidades de Mach 2.25 y soportar maniobras de hasta 9g. La vectorización de empuje, con toberas que se mueven independientemente en un plano para cabeceo y con un diseño inclinado para generar movimientos de alabeo y guiñada, otorga al Su-35S una supermaniobrabilidad. Esta capacidad permite al caza realizar maniobras post-pérdida, como giros planos controlados y cambios bruscos de dirección a bajas velocidades, algo que pocos aviones occidentales, salvo el F-22 Raptor, pueden igualar.
La “Cobra de Pugachev”, demostrada por primera vez en 1989 por el piloto Viktor Pugachev en un Su-27, es un sello distintivo del Su-35S. Esta maniobra implica elevar el morro del avión a un ángulo de ataque de hasta 120 grados mientras se mantiene el vuelo nivelado, reduciendo drásticamente la velocidad. En un dogfight, esta técnica puede engañar a un adversario, forzándolo a sobrepasar al Su-35S y quedar expuesto a un contraataque. Otros movimientos, como el Kulbit (un giro completo de 360 grados en el eje longitudinal a baja velocidad), refuerzan la ventaja táctica del caza en combates cercanos, permitiéndole reposicionarse rápidamente para un disparo.

El radar N035 Irbis-E, desarrollado por el Tikhomirov Scientific-Research Institute, es otro componente crítico. Este sistema de matriz de fase pasiva puede detectar blancos aéreos con una sección transversal de radar de 3 m² a distancias de hasta 400 km y seguir hasta 30 objetivos simultáneamente, guiando misiles contra 8 de ellos. En combates cercanos, el radar, combinado con el sistema de búsqueda y seguimiento infrarrojo OLS-35, permite al Su-35S localizar y fijar blancos incluso en entornos con fuertes contramedidas electrónicas. La capacidad de integrar misiles R-77 (designación OTAN: AA-12 Adder), con un alcance de más de 120 millas, asegura que el Su-35S pueda enfrentarse a enemigos desde distancias medias y cortas con alta precisión.
Datos clave sobre la maniobrabilidad del Su-35S
- Motores AL-41F1S: Generan 137.3 kN de empuje, con vectorización para maniobras de 9g.
- “Cobra de Pugachev”: Maniobra que eleva el morro a 120 grados, ideal para dogfights.
- R-77: Misiles aire-aire con guiado radar activo, alcance superior a 120 millas.
- Irbis-E: Radar que detecta blancos a 400 km y sigue 30 objetivos a la vez.
- Supermaniobrabilidad: Permite giros planos y maniobras post-pérdida a bajas velocidades.
Tecnología y diseño al servicio del combate
El diseño aerodinámico del Su-35S, con un fuselaje de ala mixta y materiales compuestos que representan el 70% de su superficie, reduce el peso y mejora la agilidad. La ausencia de canards, a diferencia de modelos anteriores como el Su-37, simplifica la estructura y elimina peso adicional, confiando en la vectorización de empuje para lograr la misma maniobrabilidad. El sistema de control de vuelo por cables (fly-by-wire) integra los motores y las superficies de control, permitiendo al piloto ejecutar maniobras complejas sin perder el control, incluso en condiciones de alta inestabilidad estática.
El Su-35S también incorpora un cañón GSh-30-1 de 30 mm con 150 rondas, efectivo en combates cercanos donde los misiles no son viables. La combinación de este armamento con misiles R-73 (OTAN: AA-11 Archer), que pueden ser guiados por la vista del piloto a través de un visor montado en el casco, permite al Su-35S atacar objetivos fuera del eje de la aeronave, hasta 60 grados de desviación. Esta capacidad de disparo “off-boresight” es crucial en dogfights, donde la rapidez para fijar y disparar puede marcar la diferencia.

La experiencia operativa del Su-35S, particularmente en Siria y Ucrania, ha demostrado su eficacia en escenarios reales. En Siria, el Su-35S realizó misiones de superioridad aérea, escolta y ataques de precisión, mostrando su versatilidad. En Ucrania, según informes, los Su-35S han empleado misiles R-77-1 en combates aire-aire, con al menos un derribo confirmado de un Su-27 ucraniano en 2022. Sin embargo, también se han reportado pérdidas, como un Su-35S derribado por fuerzas ucranianas en abril de 2022, lo que subraya los desafíos de operar en entornos con defensas aéreas avanzadas.
El desarrollo del Su-35S comenzó en 2003 bajo la dirección de la Komsomolsk-on-Amur Aircraft Production Association (KnAAPO), con el primer prototipo volando en 2007. La producción en serie para las Fuerzas Aeroespaciales Rusas se inició en 2009, y desde entonces se han construido alrededor de 150 unidades. El avión también ha sido exportado a países como China, que adquirió 24 unidades en 2016, y recientemente a Irán y Argelia, lo que refleja su atractivo en el mercado global. La Fuerza Aérea Rusa ha encargado un total de 98 Su-35S, con entregas continuas hasta 2025.
Contexto global y comparación con rivales
En comparación con cazas occidentales, el Su-35S destaca por su enfoque en la maniobrabilidad sobre la furtividad. Mientras que el F-22 Raptor combina maniobrabilidad con tecnología stealth, el Su-35S compensa su falta de furtividad con una mayor capacidad de carga y alcance. Frente al F-15 Eagle, el Su-35S ofrece una ventaja en agilidad gracias a su vectorización de empuje, aunque el F-15EX cuenta con un radar AESA más avanzado. El Eurofighter Typhoon y el Rafale son competidores cercanos en términos de aviónica y versatilidad, pero carecen de la misma capacidad de supermaniobrabilidad.
El Su-35S también ha sido un puente tecnológico hacia el Su-57, el caza de quinta generación ruso. Muchas de sus características, como los motores AL-41F1S y el radar Irbis-E, fueron probadas en el Su-35S antes de integrarse en el PAK FA. Esta estrategia permitió a Sukhoi refinar tecnologías clave mientras mantenía una plataforma operativa robusta. A pesar de críticas que cuestionan la efectividad del Irbis-E frente a radares AESA modernos, su rendimiento en combates cercanos sigue siendo sobresaliente debido a la integración con sistemas ópticos y de guerra electrónica.

La producción del Su-35S, liderada por la United Aircraft Corporation, ha enfrentado retos, como sanciones internacionales que limitan el acceso a componentes. Sin embargo, Rusia ha priorizado la modernización de su flota, con mejoras en los sistemas de guerra electrónica Khibiny y actualizaciones en la aviónica para mantener al Su-35S competitivo. Su costo, estimado entre 40 y 65 millones de dólares por unidad, lo hace más accesible que cazas de quinta generación, lo que explica su éxito en exportaciones a naciones como Irán, que busca modernizar su fuerza aérea frente a rivales regionales.
En el panorama global, el Su-35S sigue siendo un símbolo de la ingeniería aeroespacial rusa, con un enfoque en la potencia bruta y la agilidad. Su capacidad para realizar maniobras que desafían las leyes de la aerodinámica, combinada con un arsenal versátil y un radar de largo alcance, lo convierte en un contendiente temido en el cielo. Mientras la Fuerza Aérea Rusa transita hacia el Su-57, el Su-35S permanecerá como un componente clave de su estrategia de superioridad aérea, demostrando que, en el arte del dogfight, pocos pueden igualar su maestría.