El Su-57 ruso se distingue en ataques masivos por su alcance, carga de armas y uso de drones; el F-22 sobresale en sigilo y maniobrabilidad.
Su-57 y F-22: capacidades en combate ofensivo
El Sukhoi Su-57, un caza de quinta generación ruso, entró en servicio en diciembre de 2020 después de su primer vuelo en 2010. Diseñado para superioridad aérea y ataques terrestres, integra misiles de largo alcance y drones. El Lockheed Martin F-22 Raptor, operativo desde 2005, prioriza el sigilo y la maniobrabilidad, con capacidades de ataque terrestre limitadas por su menor carga útil. El Su-57 participó en operaciones en Ucrania en 2022, con empleo de misiles aire-tierra de largo alcance. El F-22 se desplegó en Irak y Siria, enfocado en la superioridad aérea.
El Su-57 dispone de seis puntos de anclaje internos en bahías de armas espaciosas, con capacidad para transportar hasta ocho misiles o bombas. Integra el misil aire-aire R-77M con un alcance de 190 km y el Kh-59MK2 para ataques terrestres a 290 km. También puede utilizar el misil hipersónico Kh-47M2 Kinzhal, que alcanza velocidades superiores a Mach 10. El F-22, con cuatro puntos de anclaje internos, lleva misiles AIM-120 AMRAAM y AIM-9 Sidewinder, junto con bombas de 250 o 1000 libras, aunque su capacidad de carga es menor.
El Su-57 opera con drones como el Okhotnik, los cuales transportan armas o funcionan como sensores, lo que incrementa la flexibilidad táctica en operaciones ofensivas. En 2022, mostró coordinación con estos drones en Ucrania. El F-22 no presenta integración confirmada con drones similares, aunque el F-35 ya emplea el sistema Loyal Wingman. La capacidad del Su-57 para coordinar ataques con drones amplía su alcance operativo en escenarios de alta intensidad.
El Su-57 alcanza un rango supersónico de más de 1500 km, mientras el F-22 supera los 2000 km en condiciones óptimas. Su techo de servicio alcanza los 65,617 pies, en comparación con los 50,000 del F-22. Estas características permiten al Su-57 realizar misiones ofensivas a mayor distancia y altitud. Sin embargo, el F-22 conserva una ventaja en velocidad máxima, con un registro de 1599 mph frente a los 1616 mph del Su-57.
Características clave de los cazas en operaciones ofensivas
- El Su-57 lleva hasta ocho misiles en bahías internas, lo que supera la capacidad del F-22.
- El misil hipersónico Kinzhal del Su-57 alcanza objetivos a velocidades superiores a Mach 10.
- El F-22 prioriza el sigilo con un RCS estimado 5000 veces menor que el del Su-57.
- El Su-57 utiliza drones Okhotnik para efectuar ataques y realizar tareas de reconocimiento en tiempo real.
Comparativa de sigilo y maniobrabilidad en combate
El F-22 sobresale por su sigilo, con un radar cross-section (RCS) estimado en 0.0001 m², significativamente menor que el del Su-57, que varía entre 0.1 y 0.5 m². Esta ventaja le permite evadir radares enemigos en escenarios ofensivos, lo cual incrementa su efectividad en ataques sorpresa. El Su-57, aunque utiliza materiales absorbentes de radar, posee un diseño menos optimizado para sigilo frontal, con elementos como sensores y remaches visibles.
El Su-57 incluye vectorización tridimensional de empuje, lo que le proporciona una maniobrabilidad superior en maniobras complejas a baja velocidad. En 2018, demostró estas capacidades en pruebas realizadas en Siria. El F-22, con vectorización bidimensional, permite un control preciso en combate aéreo dinámico, aunque resulta menos versátil en maniobras extremas. La maniobrabilidad del Su-57 resulta más adecuada para escenarios ofensivos donde la agilidad a baja velocidad es determinante.
El Su-57 posee un radar AESA N036 Byelka y sistemas de sensores infrarrojos. En 2022, su integración con sistemas de mando automatizados facilitó el intercambio de datos en tiempo real con unidades terrestres y aéreas en Ucrania. El F-22 emplea el radar AN/APG-77, con baja probabilidad de intercepción, y sistemas de fusión de datos que optimizan la conciencia situacional. La ventaja del F-22 reside en su capacidad para operar sin ser detectado.
El Su-57, con un diseño enfocado en la carga útil y el alcance, resulta más adecuado para operaciones ofensivas masivas, donde la cantidad y diversidad de armamento son factores clave. El F-22, diseñado para superioridad aérea, depende de su sigilo y agilidad para neutralizar amenazas antes de que estas puedan constituir un peligro. En simulaciones de combate, el F-22 ha mostrado superioridad en enfrentamientos aire-aire, pero su menor capacidad de carga reduce su efectividad en ataques terrestres extensos.
Integración tecnológica en operaciones masivas
El Su-57 incorpora un ordenador de a bordo avanzado, descrito como un “segundo piloto electrónico”, que automatiza tareas y mejora la eficiencia en misiones ofensivas. En 2022, su capacidad para coordinar ataques con sistemas de defensa antiaérea S-400 en Ucrania evidenció una elevada flexibilidad operativa. El F-22, con un sistema de fusión de datos avanzado, integra información procedente de múltiples sensores para facilitar una toma de decisiones rápida, validada en ejercicios realizados en el Medio Oriente.
El Su-57 puede cargar el misil R-37M, con un alcance de 400 km, lo que supera al AIM-120D del F-22, limitado a 180 km. Esta capacidad le permite neutralizar objetivos desde mayor distancia, lo cual resulta crucial en operaciones ofensivas masivas. En 2022, el Su-57 utilizó el R-37M en Ucrania. El F-22, a pesar de su menor alcance en misiles, compensa con sigilo y precisión en ataques de alta exactitud.
El F-22 ha acumulado mayor tiempo operativo, con despliegues en Irak, Siria y la península coreana desde 2005. Su experiencia en combate real respalda su fiabilidad en escenarios de alta intensidad. El Su-57, con una producción más limitada (32 unidades frente a 187 del F-22), presenta restricciones en experiencia operativa, aunque su diseño más reciente incluye avances en integración con drones y misiles hipersónicos.
El Su-57 utiliza una combinación de materiales compuestos (22-26% del peso estructural) y aleaciones de aluminio y titanio. El F-22 recurre a materiales similares, pero su diseño prioriza la reducción del RCS en detrimento de la capacidad de carga. En operaciones ofensivas masivas, la mayor capacidad de carga y alcance del Su-57 le proporciona una ventaja en escenarios prolongados, mientras que el F-22 se impone en enfrentamientos rápidos y con perfil bajo.