Un breve vídeo compartido en las redes sociales esta semana parece mostrar al menos a tres soldados ucranianos alrededor de un tanque ruso T-90M abandonado.
El clip fue compartido en Twitter por una cuenta que sigue la guerra en Ucrania, y el autor de la publicación afirma que las imágenes muestran a las tropas ucranianas capturando un tanque ruso destruido en Kreminna.
“Trofeo militar ucraniano capturó un tanque ruso T-90M destruido cerca de #Kremennaya”, se lee en el post.
El clip, sin embargo, podría estar mostrando algo diferente. Aunque el vídeo dura sólo unos segundos, un lado del tanque está visiblemente en llamas, y el resto del vehículo parece haber sufrido daños bastante graves.
Por lo tanto, el vídeo podría mostrar a soldados ucranianos echando un vistazo al vehículo para ver si es recuperable.
También puede mostrar a los soldados tomando medidas para asegurarse de que no es fácilmente recuperable por los rusos.
Rusia sigue perdiendo sus “invencibles” tanques T-90M
Perder incluso un solo tanque T-90M es un gran problema para Rusia. Las dos únicas fábricas de tanques en funcionamiento del país, Uralvagonzavod y Omsktransmash, tienen dificultades para producir siquiera 20 nuevos tanques T-90M y T-72B3 al mes.
La insuficiente capacidad de fabricación de tanques de Rusia también significa que las dos fábricas se han visto obligadas a dedicar un tiempo y unos recursos valiosos a restaurar y modernizar los viejos tanques T-72 almacenados durante décadas. Rusia también está echando mano de sus viejos arsenales, llegando incluso a desplegar tanques T-80 y T-62.
Las dos fábricas están restaurando hasta 50 tanques al mes, lo que significa que las fuerzas rusas tienen acceso a menos de 100 tanques al mes, muchos de los cuales simplemente no pueden resistir los bombardeos de las armas antitanque occidentales utilizadas por el bando ucraniano.
El hecho es que Rusia tiene un número finito de los tanques más antiguos, lo que significa que la capacidad del Kremlin para equipar a sus tropas en Ucrania se debilita a medida que pasan los meses.
Cuando comenzó la guerra, Rusia tenía unos 2.500 tanques T-90, T-80 y T-72 en su arsenal.
Tras un año de combates en Ucrania -mucho más de lo que el Kremlin esperaba que durara la invasión antes de que Ucrania se rindiera-, a Rusia le quedan menos de 1.000 de esos tanques.
Tras otro año de conflicto, Rusia no sólo habrá perdido probablemente los tanques con los que empezó, sino que la fabricación y el reacondicionamiento nacionales podrían no ser capaces de seguir el ritmo de la demanda de los soldados rusos.
Esto significa que, en los próximos meses, Rusia se verá obligada a reevaluar la situación.
Podría significar negociaciones, podría significar la apertura de más instalaciones de fabricación en el país, o podría significar que el Kremlin se dirija a sus aliados y solicite sus tanques.