No es una hipérbole infundada sugerir que el caza chino J-20 “Mighty Dragon” tiene probablemente algo de “ADN” del Lockheed Martin F-22 Raptor y del F-35 Lightning II. Los piratas informáticos chinos, que se cree que trabajan a instancias de Pekín, habían robado archivos que contenían información sensible sobre los aviones estadounidenses, poco antes de que el Mighty Dragon fuera presentado al mundo.
Sin embargo, la noticia de que el Pentágono está investigando si el F-35 puede contener componentes chinos podría ser mucho más inquietante.
El miércoles, Reuters informó de que el Departamento de Defensa (DoD) había dejado de aceptar nuevos aviones F-35 tras descubrir que un imán utilizado en el motor del avión de combate polivalente de quinta generación estaba fabricado con “material no autorizado” procedente de China.
Según el portavoz del Pentágono, Russell Goemaere, durante una investigación realizada el mes pasado, se descubrió que una aleación de la bomba de lubricante del motor no cumplía con las leyes de adquisición de Estados Unidos que prohíben este tipo de contenido no autorizado procedente de la República Popular China.
“Hemos confirmado que el imán no transmite información ni perjudica la integridad de la aeronave y no existen riesgos de rendimiento, calidad, seguridad o protección asociados a este problema, y las operaciones de vuelo de la flota del F-35 en servicio continuarán con normalidad”, dijo Goemaere.
El 19 de agosto, la Agencia de Gestión de Contratos de Defensa notificó a la Oficina del Programa Conjunto del F-35 que una aleación utilizada en los imanes de las bombas de las turbomáquinas del F-35 había sido producida en China
Lockheed Martin confirmó que el problema está relacionado con el imán de la bomba de la turbomáquina, fabricado por Honeywell. Al parecer, incluye una aleación de cobalto y samario. Honey International Inc. ha dicho que “sigue comprometida con el suministro de productos de alta calidad que cumplen o superan todos los requisitos contractuales del cliente”.
La Oficina del Programa Conjunto del F-35 dijo a los medios de comunicación a través de un comunicado que en el futuro se utilizaría una fuente alternativa para la aleación. Además, también se utilizan otros imanes de origen chino en el avión, pero éstos han recibido exenciones del Pentágono en el pasado.
El problema no afecta a las operaciones de vuelo de ninguno de los cazas de quinta generación que ya están en servicio.
El último problema del F-35
Podría decirse que el F-35 se está convirtiendo cada vez más en un imán para este tipo de problemas, pequeños pero significativos. A finales de julio, las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, así como los operadores asociados, se vieron obligados a inmovilizar temporalmente sus flotas de F-35 tras detectarse un problema en los asientos eyectables.
La inmovilización, ordenada el 29 de julio, afectó a las flotas del ACC, el Mando de Educación y Entrenamiento Aéreo, las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos en Europa y las Fuerzas Aéreas del Pacífico. La revista Air Force Magazine informó de que la mayoría de los 349 reactores del servicio han sido inspeccionados, así como los suministros adicionales de la pieza clave en cuestión: un dispositivo accionado por cartucho (CAD).
En el centro del problema se encontraba un CAD que tenía una cantidad insuficiente de pólvora explosiva, durante una inspección rutinaria del F-35 en la Base de la Fuerza Aérea de Hill (AFB), Utah, en abril. Se descubrió que el cartucho en particular estaba suelto y le faltaba su pólvora explosiva, lo que no habría permitido al DAO iniciar las acciones necesarias si el piloto requería una eyección de la aeronave.
Como resultado, la Fuerza Aérea emitió una orden de parada para sus F-35. Además, la Marina y el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos realizaron inspecciones en sus respectivos F-35, así como en otras aeronaves -incluidos los F/A-18 Super Hornets y Growlers– que empleaban asientos Martin-Baker.
Por precaución, toda la flota de F-35 quedó en tierra mientras se realizaba la inspección de cada avión. La inspección de cada cartucho implicaba poner el avión fuera de servicio durante al menos un día para poder retirar el asiento. Cada DAO fue retirado e inspeccionado. Si los encargados del mantenimiento no podían determinar si el cartucho tenía suficiente pólvora explosiva, se procedía a su inspección por rayos X.
Se inspeccionó toda la flota y la parada terminó a mediados de agosto. Sin embargo, no está claro si durante esas inspecciones se descubrió el problema del imán.