El 9 de agosto de 2025, tres bombarderos B-1B Lancer de la Fuerza Aérea de Estados Unidos llegaron a Noruega para iniciar operaciones de entrenamiento lideradas por aliados, en el marco de la misión Bomber Task Force Europe 25-4B. Las aeronaves, pertenecientes al 345.º Escuadrón Expedicionario de Bombardeo, con base en Dyess, Texas, aterrizaron en la Base Aérea de Ørland tras ser escoltadas por cazas EF-18M Hornet de la Fuerza Aérea y Espacial Española, que operaban desde la Base Aérea de Keflavik, Islandia.
No es la primera vez que los B-1B, conocidos como “BONEs” por sus tripulaciones (en alusión a “B-One”), se despliegan en Ørland. En 2021, estos bombarderos marcaron un hito al ser los primeros de su tipo en operar desde Noruega. Según la Fuerza Aérea, durante esta misión los bombarderos se adiestrarán en operaciones aéreas de alta amenaza y perfeccionarán habilidades en el proceso de detección, localización, seguimiento y ataque, en colaboración con activos de los aliados.
Las tripulaciones se entrenarán en elementos clave del proceso de detección, localización, seguimiento y ataque, con el objetivo de optimizar la rapidez y precisión con las que bombarderos y cazas pueden responder a amenazas en tiempo real. Al mismo tiempo, enfrentarán amenazas terrestres y aéreas diseñadas para restringir su libertad de maniobra, lo que les exigirá actuar con decisión para contrarrestarlas y lograr la superioridad aérea.
Aunque no se han divulgado detalles específicos, este entrenamiento podría basarse en ejercicios previos, como el realizado en diciembre de 2024, en el que participaron bombarderos B-52H Stratofortress, cazas F-35 Lightning II, un avión P-8 Poseidon, un RC-135 Rivet Joint y un U-2 Dragon Lady, en una misión multidominio de detección, localización, seguimiento y ataque en la región del Alto Norte, de gran relevancia estratégica.
“Este despliegue nos permite entrenar como combatimos: integrados con nuestros aliados de la OTAN, preparados y adaptables”, afirmó el teniente coronel Eric Alvarez, comandante desplegado del 345.º Escuadrón de Bombardeo. “Se trata de consolidar experiencia y confianza mutua, fortalecer la preparación y mantener la agudeza en entornos dinámicos”.
Los comunicados oficiales destacaron que los bombarderos realizarán misiones junto a cazas F-35 noruegos. Cabe señalar que la Base Aérea de Ørland es el principal centro de operaciones de la flota de F-35 de la Real Fuerza Aérea Noruega. “Se trata de consolidar experiencia y confianza mutua, fortalecer la preparación y mantener la agudeza en entornos dinámicos”, añadió el teniente coronel noruego Tom Christiansen, jefe interino del 132.º Ala Aérea en Ørland. “Este tipo de entrenamiento nos capacita mejor para enfrentar cualquier desafío”.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos subrayó que este es el quinto despliegue de la Bomber Task Force Europe en 2025., preparada y capaz en la región. Esto se alinea con recientes declaraciones del Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea, que señaló un aumento en la demanda de capacidades de bombarderos a nivel mundial, con un incremento en el ritmo de operaciones de estas unidades.
“En los últimos 18 meses, he observado una mayor actividad y demanda de bombarderos, probablemente la más alta en al menos cinco o diez años”, afirmó el general Thomas Bussiere, jefe del Comando de Ataque Global, en una entrevista con Air & Space Forces Magazine. El general detalló que, en ese período, las fuerzas de bombarderos se desplegaron 48 veces, 33 de ellas en 2024, incluidas diez misiones en el Indo-Pacífico y Europa, seis en el área de responsabilidad del Comando Central de Estados Unidos, y varias más en América del Norte y del Sur.
Según Bussiere, los comandantes de combate solicitan la presencia de bombarderos durante los ejercicios porque esto “transmite un mensaje claro y único” a aliados, socios y adversarios. El general describió la actual demanda de bombarderos como “incesante”, y señaló que un nivel similar de actividad no se había registrado desde los momentos más intensos de las operaciones en Irak y Afganistán a principios de la década de 2000.
Este ritmo de despliegues afecta a la flota, que ya enfrenta tensiones debido al envejecimiento de las plataformas y, en el caso del B-1B, al retiro de los bombarderos más antiguos. Para abordar este problema, Bussiere no descartó la posibilidad de recuperar más aeronaves del cementerio de aviones en la Base Aérea de Davis-Monthan, Arizona. “Aún quedan algunas unidades en el cementerio que podríamos recuperar si fuera necesario”, afirmó. Aunque esta medida se ha tomado en el pasado, solo se considera en caso de incidentes, y Bussiere expresó su esperanza de que no sea necesario recurrir nuevamente a esta opción, según informó Air & Space Forces Magazine.