Recientemente, imágenes de satélite tomadas en territorio ruso revelaron que las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS) habían acumulado varios bombarderos Tu-160 y Tu-95 con capacidad nuclear en su base aérea de Engels-2. La noticia alarmó profundamente a las autoridades ucranianas sobre un inminente ataque aéreo ruso y provocó que las sirenas de ataque aéreo sonaran en todo el país.
La noticia alarmó profundamente a las autoridades ucranianas ante un inminente ataque aéreo ruso e hizo sonar las sirenas antiaéreas en todo el país. Las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU), que ya se habían visto acorraladas por los ataques de misiles rusos, debieron de urdir un plan para poner nervioso al Kremlin.
El 5 de diciembre, dos bases aéreas rusas, Engels y Dyagilevo, fueron atacadas por lo que se creyó que eran drones disparados por Ucrania. Por cierto, estas bases aéreas están más cerca de Moscú, la capital rusa, que de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso declaró tras el ataque que éste se llevó a cabo con vehículos aéreos no tripulados (UAV) modificados de la era soviética. Aunque no especificó qué avión no tripulado fue responsable del ataque, los expertos militares se apresuraron a descifrar que el avión no tripulado en cuestión era probablemente el Tu-141 Strinzh.
Aunque el daño no se considera enorme, ha demostrado que Ucrania ha vencido una limitación fundamental que aquejaba a sus operaciones militares, a saber, los ataques de largo alcance.
Engels y Dyagilevo, sede de los bombarderos estratégicos rusos de largo alcance, se encuentran en las profundidades de Rusia y no demasiado lejos de la capital rusa.
Así pues, se cree que el efecto de este ataque fue profundo y era de esperar que fuera seguido de otro intenso ataque con misiles por parte de Rusia.
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Es pertinente señalar que, superando sus deficiencias, Ucrania ha logrado dar la vuelta a la tortilla frente a Rusia tras haber sido blanco repetido de drones y misiles rusos durante semanas.
Hasta ahora, la mayoría de los ataques ucranianos contra bases aéreas rusas de los que se había informado se habían limitado a lugares mucho más cercanos a las fronteras de Ucrania, es decir, Crimea o regiones del interior de Rusia a las que era mucho más fácil llegar con drones “kamikaze” modificados o misiles balísticos de corto alcance.
Estados Unidos y otros aliados de la OTAN han prestado poca atención a la petición ucraniana de blindaje de largo alcance, incluido el sistema de misiles tácticos del ejército de largo alcance MGM-140 (ATACMS). Un informe reciente ha revelado que el alcance de los HIMARS “revolucionarios” entregados a Ucrania fue reducido por Estados Unidos para evitar una escalada sin precedentes.
Por su parte, Ucrania, aunque sigue contando con la ayuda militar de Occidente, también ha vuelto evidentemente a sus raíces y ahora utiliza armamento de la era soviética.
Impacto directo cerca del corazón de Rusia
A finales de junio, un avión no tripulado Tu-143 ucraniano, estrechamente relacionado con el Tu-141 aunque con un alcance mucho menor, fue derribado en el oeste de Rusia. Sin embargo, el Tu-141 modificado, que probablemente estuvo detrás del reciente ataque contra bases aéreas rusas, ya ha demostrado en el pasado su capacidad para viajar a muy larga distancia.
En marzo de este año, se produjo un extraño incidente en el que un avión no tripulado de reconocimiento Tu-141 Strizh, reutilizado con una ojiva aparente, se estrelló en Zagreb, Croacia.
El dron voló casi 350 millas desde la frontera ucraniana hasta la capital croata. Se cree que tiene un alcance total de más de 600 millas, suficiente para atacar las instalaciones militares de las ciudades y los centros de Control y Mando dentro del enorme territorio de Rusia.
Ucrania lleva mucho tiempo buscando esta capacidad, ya que enviar sus limitados aviones de combate, como el Su-24 o el Su-25, al espacio aéreo ruso supondría un golpe mortal para una fuerza aérea ya acorralada.
Desde que se lanzó el ataque en febrero, Kiev ha tenido que sacar del almacén varios cazas de la era soviética para suplir el déficit de su poder aéreo.
En octubre, el fabricante de armas ucraniano Ukroboronprom reveló que el desarrollo de un avión no tripulado kamikaze con un alcance de 1.000 kilómetros y una cabeza nuclear de 75 kilogramos estaba casi terminado, como informó anteriormente EurAsian Times.
Un mes más tarde, en noviembre, Ukroboronprom publicó un post en el que decía: “La próxima etapa de las pruebas de UAV – En nombre del Jefe del Estado Mayor, nos estamos preparando para las pruebas de vuelo bajo la acción de la guerra electrónica. El tiempo, por un lado, se convierte en un problema; por otro, es una prueba adicional para el complejo. Una especie de crash test”.
Los drones pueden atravesar fácilmente el espacio aéreo más disputado, especialmente en misiones suicidas. Suelen conseguirlo aprovechando la cobertura del terreno, el vuelo en la siesta de la Tierra (NOP) y el trazado de rutas para evitar radares, puestos de observación y regiones pobladas, entre otras cosas. Sólo los consejos de los agentes de inteligencia profundamente arraigados pueden ayudar a prevenir estos ataques, como observó el jefe de escuadrón Vijainder K Thakur (retirado) escribiendo para EurAsian Times.
Esto también se puso de manifiesto en noviembre, cuando Ucrania desencadenó un ataque marítimo suicida con drones contra el puerto de Sheskharis, en el puerto ruso de Novorossiysk, en el Mar Negro, una importante base naval y terminal petrolera rusa.
El ataque había puesto de manifiesto la expansión de las capacidades de Ucrania, ya que Novorossiysk estaba más lejos del territorio ucraniano de Odesa que el estratégico puerto ruso de Sebastopol.
Ucrania ha demostrado una vez más su capacidad para golpear ocasionalmente en las profundidades de Rusia con el Strizh, causando algunos daños justos. Sin embargo, actualmente es imposible predecir el número de UAV Stinzh de su arsenal para llevar adelante el impulso y la frecuencia de estos ataques de largo alcance.
Según el Ministerio de Defensa ruso, las dos bases impactaron fuera del alcance del arsenal de drones declarado por Ucrania. Así pues, cabe suponer que Rusia podría verse sorprendida con la guardia baja por esta demostración de capacidad por parte de las asediadas tropas de las AFU.