El SBU ejecutó la operación “Telaraña”, usando drones FPV ocultos en camiones para atacar cuatro aeródromos rusos, dañando 41 bombarderos pesados.
Operación Telaraña: Ataque sorpresa contra aeródromos rusos
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) llevó a cabo una operación encubierta llamada “Telaraña”, que se saldó con la destrucción o daño de 41 bombarderos pesados rusos en cuatro aeródromos estratégicos dentro de Rusia. La operación, planificada durante 18 meses, utilizó drones de vista en primera persona (FPV) introducidos de contrabando y ocultos en camiones para ejecutar ataques precisos contra aviones utilizados por Rusia para lanzar misiles de largo alcance contra Ucrania. Los aeródromos atacados incluyeron la base aérea de Belaya en la región de Irkutsk, la base aérea de Olenya en Múrmansk, la base aérea de Diaghilev en Riazán y la base aérea de Ivánovo en Ivánovo.
Los drones FPV, transportados a Rusia y escondidos bajo los techos de cabinas móviles de madera montadas en camiones, se activaron de forma remota. En el momento designado, los techos se abrieron, permitiendo que los drones despegaran y atacaran los bombarderos estacionados. Videos no confirmados en redes sociales muestran drones FPV lanzados desde camiones estacionados cerca de los aeródromos, mientras que imágenes proporcionadas por el SBU muestran filas de aviones en llamas, presuntamente en una de las bases atacadas.
Footage of Ukrainian FPV strike drones flying into Russian Tu-95 bombers this afternoon. pic.twitter.com/Dayx6dQgFn
— OSINTtechnical (@Osinttechnical) June 1, 2025
Entre los aviones afectados se encuentran el A-50, un avión de alerta temprana y control valorado en aproximadamente 350 millones de dólares, así como los bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22 M3, utilizados regularmente para lanzar misiles de crucero contra ciudades ucranianas. Rusia posee menos de diez A-50, lo que hace que su pérdida sea significativa. El Tu-95, un diseño de la era soviética con capacidad para transportar hasta 16 misiles de crucero como el Kh-101 o Kh-102, y el Tu-22 M3, capaz de portar misiles supersónicos Kh-22, representan componentes clave de la capacidad de ataque a largo alcance de Rusia.
La operación destacó por su bajo costo relativo. Los drones FPV, adquiridos por unos pocos cientos de dólares cada uno, contrastan con el valor de miles de millones de dólares de los 41 bombarderos afectados. Este ataque marcó un hito en la guerra de drones, mostrando la capacidad de Ucrania para realizar operaciones profundas en territorio ruso, más allá del alcance de sus armas convencionales o de las proporcionadas por aliados occidentales.
Datos clave de la operación Telaraña
- Aeródromos atacados: Belaya (Irkutsk), Olenya (Múrmansk), Diaghilev (Riazán), Ivánovo (Ivánovo).
- Aviones dañados: 41, incluyendo A-50, Tu-95 y Tu-22 M3.
- Método: Drones FPV ocultos en cabinas móviles de madera en camiones.
- Distancia: Base de Belaya, a más de 4.000 km de Ucrania.
- Costo estimado de drones: Cientos de dólares por unidad.
- Valor de aviones rusos: Miles de millones de dólares.
Almost 5000km from Ukraine, a Ukrainian drone operator takes his time in choosing the perfect point of impact to destroy this Tu-95 strategic bomber that regularly rains missiles on the cities of Ukraine. pic.twitter.com/CqDcHqY35I
— Kyiv Insider (@KyivInsider) June 1, 2025
Impacto en las bases aéreas rusas
La base aérea de Belaya, ubicada en la región de Irkutsk, a más de 4.000 kilómetros de la frontera ucraniana, albergaba bombarderos estratégicos utilizados para ataques de largo alcance. El ataque en esta instalación, confirmado por el gobernador de Irkutsk, Igor Kobzev, ocurrió en una unidad militar en el pueblo de Sredny, donde un camión sirvió como plataforma de lanzamiento para los drones. Imágenes satelitales disponibles en fuentes abiertas muestran la disposición de aviones en esta base, lo que sugiere que los drones FPV lograron explotar vulnerabilidades en la seguridad perimetral.
En la base aérea de Olenya, en la región de Múrmansk, el gobernador Andrey Chibis confirmó un ataque con drones enemigos, aunque no proporcionó detalles sobre los daños. Esta base, ubicada en el Ártico, es un punto clave para los bombarderos Tu-95 y Tu-22 M3, que han sido utilizados para lanzar misiles de crucero contra objetivos ucranianos. La capacidad de Ucrania para alcanzar una instalación tan remota subraya el alcance de la operación Telaraña.
Las bases de Diaghilev en Riazán y Ivánovo en Ivánovo también sufrieron ataques, con reportes de aviones en llamas en al menos una de estas localizaciones. La base de Diaghilev, conocida por albergar bombarderos estratégicos, y la de Ivánovo, que incluye instalaciones de mantenimiento, son objetivos de alto valor debido a su rol en las operaciones aéreas rusas. Aunque el alcance total de los daños no se ha verificado, la escala del ataque sugiere un impacto significativo en la capacidad operativa de estas bases.
Los drones FPV utilizados en la operación representan una evolución en la guerra moderna. Estos dispositivos, ligeros y de bajo costo, permiten ataques de precisión contra objetivos de alto valor. La operación Telaraña demostró su efectividad al combinar sigilo, logística compleja y tecnología accesible para infligir daños desproporcionados.
Contexto de los ataques aéreos rusos contra Ucrania
BREAKING:
— Visegrád 24 (@visegrad24) June 1, 2025
Ukraine launches the largest attack against the Russian Air Force of this war.
Drones smuggled into Russia have struck Russia’s strategic bombers at airfields deep in Russia.
Up to 40 planes destroyed, including several A-50 (AEW&C) & Tu-95 & Tu-22 long-range bombers pic.twitter.com/jcShGzXU8l
Rusia ha utilizado bombarderos pesados como el Tu-95, Tu-22 M3 y Tu-160 para lanzar misiles de crucero contra ciudades ucranianas desde el inicio de la guerra en 2022. El Tu-95, equipado con motores de hélice y diseñado en la década de 1950, puede transportar hasta 16 misiles Kh-55 o Kh-101, con un alcance de más de 2.500 kilómetros. El Tu-22 M3, un bombardero supersónico, porta misiles Kh-22, que viajan a velocidades de hasta 4.000 km/h y son difíciles de interceptar, salvo por sistemas avanzados como el Patriot estadounidense o el SAMP-T italo-francés.
El A-50, un avión de alerta temprana, desempeña un papel crítico en la coordinación de ataques aéreos rusos, detectando sistemas de defensa aérea y guiando misiles. Con menos de diez unidades en el inventario ruso, su pérdida representa un golpe estratégico. La combinación de estos aviones ha permitido a Rusia mantener una campaña de bombardeos a larga distancia, fuera del alcance de las defensas ucranianas tradicionales.
Ucrania, por su parte, ha enfrentado dificultades para contrarrestar estos bombarderos debido a su ubicación en bases profundas dentro de Rusia. Las armas desarrolladas por Ucrania, junto con los sistemas proporcionados por aliados occidentales, tienen un alcance limitado en comparación con la distancia a objetivos como la base de Belaya. La operación Telaraña, al emplear drones FPV introducidos de contrabando, superó estas limitaciones, marcando un avance en la capacidad de Ucrania para proyectar poder ofensivo.
Evolución de la guerra con drones
La operación Telaraña se inscribe en el rápido desarrollo de la guerra con drones, un campo en el que Ucrania ha mostrado innovación. En marzo de 2025, Ucrania anunció el desarrollo de un nuevo dron con un alcance de 3.000 kilómetros, capaz de alcanzar objetivos profundos en territorio ruso. Aunque no se revelaron detalles sobre su diseño o producción, este anuncio sugiere un esfuerzo continuo por ampliar las capacidades ofensivas de Ucrania.
Ukraine's defence forces are conducting a major operation deep in russian territory to destroy russian bombers at the Belaya airfield. Acc to Hromadske, 40 aircraft have been hit so far, incl A-50, Tu-95, and Tu-22M3. Estimated damage: over $2 B. Wooooow… Hit the archer! pic.twitter.com/ufuPrKopIk
— Olena Halushka (@OlenaHalushka) June 1, 2025
Los drones FPV, utilizados en la operación Telaraña, son particularmente efectivos debido a su bajo costo y precisión. Equipados con cámaras que transmiten video en tiempo real, permiten a los operadores dirigir los ataques con gran exactitud. Su uso en camiones como plataformas móviles de lanzamiento agrega una capa de sigilo, dificultando la detección por parte de las defensas rusas. Este enfoque contrasta con los costosos sistemas de defensa aérea y aviones de Rusia, destacando la asimetría en la guerra moderna.
Los ataques a los aeródromos rusos también reflejan la creciente importancia de la logística en la guerra de drones. Transportar drones a miles de kilómetros, ocultarlos en camiones y activarlos de forma remota requiere una coordinación sofisticada. La operación Telaraña, con su planificación de 18 meses, demuestra la capacidad del SBU para ejecutar operaciones complejas en territorio enemigo.
Los eventos en las regiones de Irkutsk y Múrmansk, confirmados por los gobernadores locales, indican que Rusia enfrentó dificultades para proteger sus bases aéreas. La falta de detalles adicionales en los reportes rusos sugiere un intento de minimizar el impacto del ataque. Sin embargo, la escala de la operación, con 41 aviones afectados, representa una de las acciones más audaces de Ucrania en la guerra hasta la fecha.