El Ministerio de Defensa ruso acusó el sábado a Ucrania de utilizar una sustancia tóxica para envenenar a militares rusos en las zonas ocupadas del sureste de Ucrania.
Funcionarios rusos dijeron que varios soldados en Zaporizhzhia fueron llevados a un hospital militar a finales de julio, mostrando signos de envenenamiento. Las pruebas mostraron que los soldados habían ingerido toxina botulínica tipo B, dijeron los funcionarios.
La toxina, que también tiene usos médicos, es una neurotoxina que puede causar botulismo, una enfermedad que deteriora el sistema nervioso del cuerpo, causa parálisis muscular y dificulta la respiración. El botulismo también puede causar la muerte.
“Sobre el hecho del terrorismo químico sancionado por el régimen de Zelenski, Rusia está preparando pruebas de apoyo con los resultados de todos los análisis”, afirmó un comunicado del gobierno ruso.
Los funcionarios rusos no revelaron cuántas personas habían ingerido la sustancia, ni proporcionaron ninguna información sobre las “pruebas de apoyo”.
Larga historia de desinformación en el combate
La toxina botulínica se utilizó por primera vez como arma durante la Segunda Guerra Mundial. Documentos de los Archivos Nacionales Británicos revelan cómo los servicios de inteligencia aliados informaron de amenazas de que los soldados alemanes utilizarían la toxina como una especie de arma biológica, especialmente durante la Operación Overlord, una operación militar de las fuerzas aliadas para liberar a Europa del dominio nazi.
Esas amenazas, sin embargo, resultaron ser inexistentes. Nunca se encontraron pruebas de que los alemanes utilizaran la toxina. Por el contrario, las amenazas se basaban en la desinformación, lo que provocó el pánico entre las tropas y puso a las fuerzas aliadas en desventaja.
¿Dice Rusia la verdad?
Hay dos cuestiones que considerar aquí. La primera es si Rusia está diciendo la verdad en cuanto a que sus soldados dieron positivo en la prueba de la toxina. Es posible que el Kremlin diga la verdad en este sentido, y que los soldados fueron envenenados.
La otra cuestión, sin embargo, es si las tropas rusas fueron envenenadas por los ucranianos.
Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior ucraniano, se refirió a las acusaciones en un post en Telegram y señaló que los soldados bien podrían haber ingerido la sustancia por accidente.
“El departamento no aclara si el envenenamiento podría haber sido causado por carne enlatada caducada, en la que a menudo se encuentra la toxina botulínica. Las raciones caducadas han sido denunciadas masivamente por las fuerzas de ocupación desde los primeros días de la invasión de Ucrania”, dijo el funcionario ucraniano.
Es imposible saber realmente en este momento si las acusaciones contra Ucrania son ciertas – o si los soldados fueron incluso tratados por envenenamiento. Sin embargo, las afirmaciones de Gerashchenko sobre la escasez de raciones rusas son exactas.
En marzo, los informes revelaron que las tropas rusas recibieron alimentos con siete años de retraso. A lo largo de la invasión, los informes procedentes de Ucrania han sugerido que esa escasez de raciones ha persistido.
Rusia podría estar recurriendo a tácticas de desinformación relacionadas con esta toxina que se remontan a casi cien años atrás.