Están saliendo a la luz más detalles sobre la marca y el modelo de los drones ucranianos que llevaron a cabo ataques contra bases aéreas rusas vitales dentro de las fronteras del país el 5 de diciembre.
Al parecer, los drones no eran algo parecido a los modernos Bayraktar TB2 de fabricación turca que han levantado ampollas en Rusia durante meses de guerra. En su lugar, los drones utilizados eran reliquias no tripuladas de la era soviética que se habían utilizado anteriormente como naves de reconocimiento fotográfico durante la Guerra Fría.
¿Qué decías que era ese dron?
Ucrania transformó un Tupolev Tu-141 en un dron de combate que lanzó bombas sobre instalaciones de las fuerzas aéreas rusas a cientos de kilómetros dentro del país. Ucrania transformó el Tu-141 en un bombardero no tripulado utilizando su propia industria de defensa y, de alguna manera, la vieja plataforma funcionó para castigar a Rusia. Esta conversión fue un golpe maestro de los ingeniosos ingenieros ucranianos, que no sólo consiguieron hacer volar una plataforma vieja y desechada, sino que ejecutaron con éxito una audaz misión de combate.
El Strizh desafía las expectativas
El avión teledirigido Tu-141 propulsado por reactores sólo es operado por Ucrania. No es muy sofisticado, pero ahora es eficaz en combate. Apodado “Strizh”, que significa “veloz”, no ganará ningún récord de sigilo o velocidad. El dron es un aparato ruidoso y zumbón que, de alguna manera, ha conseguido burlar las defensas aéreas rusas. El Tu-141 no es un dron propiamente dicho a pesar de no estar tripulado. Se trata más bien de un misil de crucero con fines de reconocimiento. Se lanza desde un remolque y sólo puede volar un trayecto y luego regresa volando y se recupera en paracaídas. Pero si se deja intacto después de su misión, puede volver a volar fácilmente.
Viejo pero bueno
El Tu-141, de 47 pies de largo, fue utilizado por primera vez en 1974 por la Unión Soviética. Tiene un alcance de unos 650 kilómetros. El Strizh se utilizaba a veces como avión teledirigido de entrenamiento, por lo que resulta sorprendente que haya desempeñado un papel táctico en la guerra actual. Voló desde finales de la década de 1970 hasta 1989. Los soviéticos fabricaron unos 142 Tu-141. Se supone que el Strizh nunca estuvo armado y no está claro cómo consiguió Ucrania fijar bombas a su fuselaje o qué tipo de munición llevaba. Pero de algún modo funcionó, y es otro ejemplo de lo ingeniosos e inteligentes que han sido los ucranianos durante la guerra.
Actúa como un misil de crucero
El Strizh tiene la forma de un misil alado o de crucero. Está propulsado por un motor Tumansky KR-17A con 4.409 libras de empuje. Obtiene su propulsión inicial del lanzador con un propulsor de combustible sólido. El misil teledirigido puede desplazarse a 600 millas por hora.
Los Tu-141 estaban almacenados en depósitos antes de la guerra. Los ingenieros ucranianos desempolvaron las telarañas al hacer inventario de los excedentes de material militar tras la anexión rusa de Crimea en 2014. Probablemente no les impresionaron al principio, pero la basura de una persona es el tesoro de otra.
Los Tu-141 sorprendieron a Rusia
Lo mejor del Tu-141 es que puede volar a una altura de hasta 6.000 metros o volar a baja altura para abrazar la tierra. Ucrania probablemente utilizó la capacidad de vuelo bajo para evadir los misiles tierra-aire rusos que protegían las bases aéreas. Las bombas del Tu-141 supuestamente dañaron bombarderos rusos con capacidad nuclear. Así que los ocupantes se sorprendieron y alarmaron por los ataques, aunque al principio dijeron que los ataques ucranianos causaron pocos daños, en un esfuerzo por salvar las apariencias. Pero el Ministerio de Defensa ruso admitió finalmente que los ataques mataron a tres rusos y dañaron dos bombarderos Tu-195.
¿Qué se le ocurrirá a Ucrania a continuación?
¿Qué hará Ucrania a continuación con su programa de aviones no tripulados?
El Tu-141 funcionó una vez, ¿podría volver a hacerlo? Es probable que Rusia esté examinando más de cerca las defensas aéreas en torno a sus bases para asegurarse de que no pueda colarse nada más. Y el Tu-141 no es lo bastante avanzado como para evadir un radar, pero hay que reconocer que Ucrania ha ganado otra batalla rentable contra Rusia.
Los generales tienen que estar sacudiendo la cabeza y preocupados por el desastre que pueda ocurrir a continuación, mientras los técnicos ucranianos preparan a los defensores para otra sorpresa para Rusia conseguida a precios de saldo.