WASHINGTON – La Agencia de Defensa Antimisiles de Estados Unidos (MDA) se enfrenta a lo que su director denomina una “nueva frontera” de amenazas invisibles para su misión, ya que los ejércitos extranjeros están perfeccionando sus capacidades de guerra electrónica y cibernética.
La MDA se encarga de desarrollar y desplegar capas de sistemas antimisiles para proteger a Estados Unidos, así como a sus fuerzas desplegadas e intereses en el extranjero. Según el Vicealmirante de la Marina Jon Hill, la clave de esta tarea es detectar los misiles que llegan, calcular dónde caerán y decidir rápidamente el mejor medio de interceptación, todo lo cual se ve dificultado por las interferencias y el ciberacoso.
“Cuando miro al futuro y pienso en los problemas a los que nos enfrentamos, más allá de todos los tipos de trayectoria y ojivas, para mí se trata del ataque electrónico y la protección”, declaró en un acto celebrado el 24 de marzo en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Tenemos que asegurarnos de que somos lo más resistentes posible. Hemos estado trabajando en los aspectos cibernéticos”.
¿Qué es la guerra electrónica?
La guerra electrónica es una lucha por el control del espectro electromagnético, del que se depende para las comunicaciones, el conocimiento de la situación, la orientación de las armas y mucho más. El Departamento de Defensa está intentando reconstruir su arsenal relacionado tras décadas de atrofia posterior a la Guerra Fría y años pasados en Oriente Medio luchando contra fuerzas menos expertas tecnológicamente.
Hill afirmó el viernes que la constelación de amenazas que existe y sigue evolucionando hoy en día dista mucho de la de años anteriores. Los adversarios “se han puesto las pilas en este campo”, dijo, “lo que significa que hay que ponerse las pilas en defensa, lo que también significa que es más difícil”.
La amenaza de China y Rusia
Tanto China como Rusia, los principales peligros para la seguridad nacional, según funcionarios estadounidenses, están desarrollando misiles avanzados que pueden lanzarse desde el aire, la tierra y el mar, así como por debajo de las olas. Y los sistemas más recientes aprovechan los señuelos y otras contramedidas para ocultarse y desviarse, aumentando en última instancia las tasas de supervivencia.
“El futuro es cómo hacer frente a estos diferentes tipos de ataques que tendremos en el sistema, que van más allá de la simple interferencia”, dijo Hill. “Va a ser difícil”.
Presupuesto para el año fiscal 2024
Para el año fiscal 2024, la MDA ha solicitado casi 11.000 millones de dólares, frente a los 9.600 millones de 2023 y los 8.900 millones de 2022.
El proyecto de presupuesto tiene 346 millones de dólares para lo que la MDA llamó este mes “pruebas de vuelo, tierra y ciberseguridad”. También asigna 39 millones de dólares para continuar los programas de innovación, ciencia y tecnología destinados a “explorar tecnologías de vanguardia y disruptivas” que puedan incorporarse a las defensas antimisiles.