El destructor de clase Zumwalt, concebido como el futuro de la Armada estadounidense, se ha convertido en un gran fracaso. A pesar de su tecnología ultramoderna de sigilo y armamento, el buque ha quedado por debajo de las expectativas, lo que ha llevado a un cambio de planes en sustitución del veterano destructor de la clase Arleigh Burke.
Zumwalt: un diseño prometedor
El Zumwalt fue diseñado como un buque furtivo destinado a marcar un antes y un después en la historia naval. Aunque era un 40 % más grande que el Arleigh Burke, su sección transversal de radar era comparable a la de un barco pesquero. Esto se logró mediante un estilo de construcción tumblehome, utilizado en buques de guerra de madera en el siglo XIX.
Limitaciones del diseño furtivo
A pesar de su aparente ventaja furtiva, han surgido dudas sobre la utilidad del Zumwalt en situaciones reales. El buque estaba destinado a operar en entornos cercanos a la costa, donde los buques son rastreados visualmente, lo que reduce la eficacia de la tecnología furtiva. Además, al disparar sus armas, el Zumwalt comprometería su sigilo debido a su formidable plataforma de armamento.
A pesar de estos desafíos, se han implementado medidas para reducir aún más la visibilidad del Zumwalt. Se ha instalado una cubierta de material compuesto que envuelve los equipos sensoriales y electrónicos del buque, lo que hace que el radar sea unas 50 veces más difícil de detectar en comparación con los destructores más antiguos. Además, el Zumwalt destaca por su excepcional silencio, con una firma acústica similar a la de un submarino de la clase Los Angeles.
Zumwalt: un buque problemático
A pesar de estas mejoras, la Armada ha retirado su apoyo al programa Zumwalt y ha solicitado detener la entrega del buque problemático. Solo se han entregado tres Zumwalt, en lugar de los 32 previstos originalmente. La Armada ha optado por mantener los confiables destructores Arleigh Burke en servicio.
En conclusión, el destructor Zumwalt, una ambiciosa apuesta de la Armada estadounidense, ha resultado ser un fracaso. Aunque se ha logrado cierto nivel de sigilo, las limitaciones del diseño furtivo y los problemas de presupuesto han llevado a un cambio de planes. El futuro de la Armada se basará en los destructores Arleigh Burke, mientras que el Zumwalt se mantendrá como un recordatorio de las dificultades en la búsqueda de innovación militar.