El máximo órgano de derechos humanos de la ONU se dispone a celebrar una sesión especial sobre Irán tras las mortíferas medidas de represión del gobierno contra los manifestantes, las amenazas contra los periodistas y otras presuntas violaciones de los derechos humanos en la República Islámica.
El Consejo de Derechos Humanos celebrará la sesión en la semana del 21 de noviembre “si es posible el 24 de noviembre”, tras una petición diplomática de Alemania e Islandia.
Alemania envió el viernes una carta a las oficinas del Consejo anunciando la convocatoria de una sesión especial “para abordar el deterioro de la situación de los derechos humanos en la República Islámica de Irán, especialmente en lo que respecta a las mujeres y los niños”.
Es necesario que al menos un tercio de los 47 Estados miembros del Consejo apoyen esta petición, y la iniciativa de Alemania sugiere que ha conseguido el respaldo suficiente.
Las protestas en Irán, desencadenadas por la muerte el 16 de septiembre de una mujer de 22 años tras ser detenida por la policía de la moral del país, se han convertido en uno de los mayores desafíos sostenidos a la teocracia del país desde los caóticos meses posteriores a la Revolución Islámica de 1979. Las fuerzas de seguridad han tratado de reprimir la disidencia.
Tras el estallido de las protestas, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron sanciones adicionales a Irán por su brutal trato a los manifestantes y su decisión de enviar cientos de drones a Rusia para que los utilice en su guerra en Ucrania. Se espera que los ministros de Asuntos Exteriores de la UE acuerden sanciones adicionales el lunes.
Al menos 328 personas han muerto en las protestas de Irán y otras 14.825 han sido detenidas, según el grupo de seguimiento Human Rights Activists in Iran.
El gobierno iraní lleva semanas guardando silencio sobre las cifras de víctimas.