El enviado especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, hace un repaso de los incidentes de violencia de la semana en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Israel y Gaza.
Señala que más de 100 agentes de Hamás y de la Jihad Islámica Palestina han muerto en la última ronda de combates, según las FDI. Sin embargo, “el número de muertos civiles, incluidos los niños, sigue aumentando, y ha incluido al menos 52 niños, 31 mujeres y 1 persona con discapacidad”, según las autoridades de Gaza.
Wennesland señala las muertes de civiles israelíes, entre ellas la de un niño de 5 años en Gaza y la de un padre y su hija en las afueras de Lod, y califica de “injustificados” estos asesinatos por parte de Hamás.
“El lanzamiento indiscriminado de cohetes por parte de Hamás y otros militantes” desde zonas civiles “viola el derecho internacional humanitario y debe cesar inmediatamente”, afirma.
Exige que las autoridades israelíes sigan el derecho internacional que exige el uso de la fuerza proporcional y el ejercicio de la máxima moderación. “Los niños no deben ser el objetivo de la violencia ni ponerse en peligro”.
Wennesland señala que en Cisjordania se produjo el mayor número de víctimas civiles palestinas en un solo día desde que la ONU comenzó a registrar estas cifras en 2008.
El enviado especial afirma que se está produciendo una “emergencia humanitaria” en Gaza, donde la central eléctrica del enclave apenas funciona “después de que las FDI cerraran el paso de Kerem Shalom”.
“Me sumo al llamamiento urgente del secretario general para que se tomen medidas inmediatas y decisivas para desescalar la situación y evitar la pérdida de vidas”, afirma.
Wennesland afirma que la violencia actual es el resultado de la incapacidad de las partes para abordar las raíces del conflicto y trabajar para promover una solución de dos Estados.
“El número de muertos es ya demasiado elevado”, lamenta.
Ambas partes tienen derecho a la seguridad, añade Wennesland.