La embajadora interina de Estados Unidos ante la ONU, Dorothy Shea, expresó con firmeza la posición de su país antes de la votación en el Consejo de Seguridad: “Estados Unidos ha dejado claro que no apoyará ninguna medida que no condene a Hamás y no pida a Hamás que se desarme y abandone Gaza”.
Esta declaración se produjo en respuesta a una propuesta que buscaba un cese inmediato, incondicional y permanente de las hostilidades entre Israel y Hamás en Gaza, además de la liberación de todos los rehenes y la garantía de acceso sin restricciones para la ayuda humanitaria en el enclave.
El proyecto de resolución, presentado por 10 países en el Consejo de Seguridad, compuesto por 15 miembros, recibió el respaldo unánime de los 14 países restantes. Sin embargo, el veto de Estados Unidos impidió su aprobación. Shea argumentó que el texto “socavaría los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un alto el fuego que refleje las realidades sobre el terreno y envalentonaría a Hamás”.