Antonio Guterres, secretario general de la ONU, descartó este martes la última propuesta de Israel para gestionar la entrega de ayuda en Gaza, advirtiendo que podría implicar un control extremo y una limitación cruel del acceso a recursos básicos como comida y harina.
Rechazó cualquier iniciativa que no respete plenamente los principios humanitarios de humanidad, imparcialidad, independencia y neutralidad, en respuesta a los señalamientos israelíes que lo acusan de parcialidad. Esta postura se da tras la decisión de Israel de suspender la ayuda el 2 de marzo, al finalizar la primera etapa del acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes. Israel evitó negociar la segunda fase, que incluía la retirada de sus tropas de Gaza, y reanudó los ataques el 18 de marzo.
Acusaciones contra Hamás de retener suministros han sido la justificación de Israel para mantener el bloqueo, aunque un funcionario israelí indicó que las FDI consideran restablecer el envío de ayuda ante el temor de infringir el derecho internacional y generar futuras complicaciones legales para sus mandos.
COGAT, el organismo israelí encargado de coordinar la ayuda, presentó un nuevo mecanismo para controlar la entrada de suministros, según dijo, con el fin de evitar su desvío por parte de Hamás y garantizar que llegue a la población civil.
Durante una conferencia de prensa, Guterres exigió la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, el establecimiento de un alto el fuego permanente y acceso humanitario sin restricciones. Calificó a Gaza como un “campo de exterminio” y denunció la falta de acceso a necesidades básicas por el cierre de los puntos fronterizos.
Apoyado en los Convenios de Ginebra, sostuvo que Israel, como potencia ocupante, debe asegurar alimentos, medicinas y condiciones sanitarias adecuadas, obligaciones que, según él, no se están cumpliendo. Aunque Israel afirma no tener control efectivo sobre Gaza, su ministro de Defensa expresó la intención de ocupar un territorio amplio en la ofensiva actual.
Guterres también alertó sobre la situación en Judea y Samaria, donde las operaciones israelíes han desplazado a decenas de miles de personas. Señaló que el camino actual viola el derecho internacional y podría convertir a Judea y Samaria en un nuevo frente similar al de Gaza.
Las tensiones entre Israel y Guterres han sido constantes durante la guerra. El gobierno israelí lo declaró persona non grata, acusándolo de justificar el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1.200 personas y fueron secuestradas 251. El jefe de la ONU ha defendido su postura, afirmando haber condenado públicamente el ataque más de cien veces y haberse reunido con las familias de los rehenes.
Antes de la guerra, Israel permitía diariamente la entrada de cientos de camiones con ayuda a Gaza. Sin embargo, las acusaciones de que Hamás se infiltra en organizaciones de ayuda, incluyendo a la UNRWA, y utiliza infraestructura civil para sus operaciones, han complicado el panorama humanitario.