La jueza ugandesa Julia Sebutinde asumirá la presidencia de la CIJ tras la renuncia del juez Nawaf Salam, según fuentes oficiales.
La renuncia de Nawaf Salam abre camino para Sebutinde
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) anunció el martes la renuncia de Nawaf Salam, actual presidente del tribunal, sin mencionar directamente el nombramiento de Julia Sebutinde. Sin embargo, como vicepresidenta en funciones, se prevé que Sebutinde asuma el máximo cargo en la corte.
El juez Nawaf Salam había ocupado el cargo de presidente desde febrero de 2024, tras haber sido miembro de la corte desde el año 2018. Recientemente, Salam fue designado primer ministro del Líbano, lo que marcó su salida de la CIJ. Durante su discurso inicial como primer ministro, Salam expresó su intención de “imponer la retirada completa del enemigo del último centímetro ocupado de nuestra tierra”, en referencia a Israel.
Por su parte, Julia Sebutinde se destacó como el único miembro del panel de 17 jueces de la CIJ que votó en contra de medidas relacionadas con la acusación de genocidio contra Israel en su guerra contra Hamás en Gaza. Sebutinde también se opuso a que las acusaciones de crímenes de guerra en Gaza fueran consideradas bajo el alcance de la Convención sobre el Genocidio, junto con el juez israelí Aharon Barak.
Decisiones clave de la CIJ bajo revisión
- En enero de 2024, la CIJ votó 15 a 2 a favor de la plausibilidad de las denuncias palestinas de genocidio por parte de Israel.
- En mayo de 2024, el tribunal ordenó a Israel suspender operaciones militares en Rafah, al sur de Gaza, para evitar daños a civiles.
- Israel negó enérgicamente las acusaciones de genocidio, afirmando que sus operaciones no apuntan a civiles.
Opinión discrepante de Sebutinde sobre el caso de Gaza
En un fallo del tribunal relacionado con las acciones de Israel en Gaza, la jueza Sebutinde argumentó que Sudáfrica no presentó pruebas suficientes para demostrar una intención genocida por parte de Israel. Según su opinión, los actos mencionados en la denuncia no cumplían con los requisitos establecidos en la Convención sobre el Genocidio.
Sebutinde también cuestionó la validez de las medidas provisionales solicitadas por Sudáfrica, indicando que no se había demostrado la plausibilidad de los derechos que se buscaban proteger bajo la Convención. Según ella, este tipo de casos pueden ser utilizados como pretextos para presionar soluciones judiciales a conflictos políticos.
Además, Sebutinde concluyó que, aunque la política de guerra de Israel debe cumplir con el derecho internacional, no hay evidencia de una intención genocida en sus acciones militares. Mencionó que el sufrimiento en Gaza se agrava por factores como las tácticas de Hamás, que utilizan civiles como escudos.
Reacciones a las decisiones de Sebutinde
Las declaraciones y votos discrepantes de Sebutinde generaron diversas reacciones internacionales. El gobierno de Uganda, a través de un comunicado, tomó distancia de su postura, aclarando que su posición no refleja la política oficial del país. En cambio, se subrayó que estas opiniones son de carácter independiente.
En el contexto de los conflictos en Gaza, Israel reafirmó que sus operaciones militares buscan únicamente neutralizar a Hamás, tomando medidas para proteger a la población civil en la medida de lo posible. No obstante, las órdenes de la CIJ relacionadas con la protección de civiles en Rafah no resultaron en cambios sustanciales en la estrategia de Jerusalén.
El caso presentado por Sudáfrica sigue en curso y se espera que tome varios años para llegar a una resolución definitiva. Sudáfrica presentó un extenso documento con supuestas pruebas de genocidio en Gaza, pero dicho documento no será divulgado al público según los procedimientos de la CIJ.