KABUL, Afganistán – La misión de las Naciones Unidas en Afganistán ha acusado a las autoridades talibanes de intimidar y acosar a su personal femenino que trabaja en el país, incluyendo la detención de tres mujeres para ser interrogadas el lunes.
Desde que los talibanes tomaron el poder en agosto del año pasado, han impuesto duras restricciones a las niñas y mujeres para que cumplan con su austera visión del islam, apartando de hecho a las mujeres de la vida pública.
“Ha habido un patrón emergente de acoso al personal femenino de la ONU afgano por parte de las autoridades de facto”, dijo la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) en un comunicado.
Citando un ejemplo, la UNAMA dijo que tres mujeres afganas que trabajan para la organización fueron “señaladas y detenidas temporalmente para ser interrogadas” por agentes de seguridad armados de las autoridades el lunes.
No ofreció más detalles sobre el incidente.
“La ONU pide que se ponga fin inmediatamente a todos estos actos de intimidación y acoso contra su personal femenino afgano”, dijo la UNAMA, insistiendo en que las autoridades ofrezcan garantías de seguridad a todo el personal de la ONU en Afganistán.
El portavoz del gobierno, Bilal Karimi, rechazó la acusación de la ONU.
“La información difundida por la UNAMA no es cierta… no se ha detenido a nadie”, dijo Karimi en una declaración a los periodistas.
“Hubo una reunión de mujeres en Kandahar, y cuando se pidió una explicación a las mujeres, se comprobó que eran empleadas de la ONU, tras lo cual fueron liberadas”.
Karimi no dijo de qué trataba la reunión ni cuántas mujeres asistieron a ella.
La acusación de la UNAMA se produjo horas después de que un alto experto de la ONU advirtiera que el estado de los derechos humanos en el país se había deteriorado de forma generalizada.
Las mujeres y las niñas, en particular, han experimentado un “asombroso retroceso” en sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales desde que los talibanes llegaron al poder, declaró en Ginebra Richard Bennett, relator especial sobre los derechos humanos en Afganistán.
“No hay ningún país en el mundo en el que las mujeres y las niñas hayan sido privadas tan rápidamente de sus derechos humanos fundamentales por pura razón de género”.
Los talibanes han impuesto normas estrictas a las mujeres, como el cierre de las escuelas secundarias para niñas en la mayoría de las provincias y la prohibición de que las mujeres ocupen muchos puestos de trabajo en el gobierno.
También han ordenado a las mujeres que se cubran en público, preferiblemente con un burka integral.
Estas restricciones a los derechos de las mujeres se han convertido en un obstáculo para que la comunidad internacional reconozca formalmente al gobierno talibán.