El alto el fuego pactado el 27 de noviembre entre Israel y Hezbolá, con mediación de Estados Unidos, establece una retirada militar israelí escalonada tras más de un año de conflicto. Este acuerdo cumple con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de 2006, que puso fin al último gran enfrentamiento entre ambas partes.
Según lo estipulado, Hezbolá deberá abandonar sus posiciones en el sur del Líbano y reubicarse al norte del río Litani, a 30 kilómetros de la frontera israelí, mientras Israel se compromete a retirarse completamente de la región sur del Líbano.
La FPNUL ha manifestado su preocupación por los continuos ataques israelíes que destruyen viviendas, campos e infraestructura en el sur del Líbano, considerando estas acciones una infracción a la Resolución 1701 de la ONU.
En su declaración, la fuerza de paz subraya la necesidad de una pronta retirada israelí y el despliegue de las Fuerzas Armadas Libanesas en la zona, reemplazando a Hezbolá, como un paso clave para implementar plenamente la Resolución 1701 y alcanzar la estabilidad.
Por su parte, el ejército israelí ha señalado que analiza las observaciones de la FPNUL y, por ahora, ha decidido no emitir más comentarios.