En respuesta a las críticas de Vladimir Putin al acuerdo ruso-ucraniano sobre cereales, destinado a aliviar la crisis alimentaria mundial, un alto funcionario de la ONU ha defendido el acuerdo, afirmando que está teniendo el efecto deseado.
Según Amir Abdulla, coordinador de la ONU para el programa de cereales en el mar Negro, el acuerdo acordado entre Moscú y Kiev en Estambul en julio ha tenido éxito en su objetivo de restaurar una ruta comercial crítica.
“El objetivo principal del corredor era garantizar la reapertura de una ruta comercial muy importante para los alimentos y los fertilizantes”, declaró a los periodistas. “Creo que hemos logrado nuestro objetivo”.
Añadió que las Naciones Unidas estaban interesadas en aumentar los volúmenes de envío.
El acuerdo, que ha permitido la salida de unos 3 millones de toneladas de grano de los puertos ucranianos desde principios de agosto, no ha supuesto la transferencia de grano a las naciones desfavorecidas, según declaró la semana pasada el presidente ruso Vladimir Putin. Además, Putin declaró que solo dos buques habían transportado grano para el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
Según las cifras de la ONU, hasta el 8 de septiembre más del 28 % de los suministros habían ido a parar a naciones de renta media-baja como Egipto, India, Irán y Sudán. Alrededor del 44 % fue a países de renta alta, el 21 % a Turquía y el 7 % a China.
Sin embargo, según Abdullah, las estadísticas de exportación no son necesariamente indicativas del destino final de los productos. Puso como ejemplo a Turquía, un país que procesa y envía cada año millones de toneladas de trigo a los mercados de África y Oriente Medio. Además, reexporta el grano en bruto a otros países.