La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la suspensión de los servicios de inmunización a causa de la pandemia de coronavirus podría dar lugar a nuevos brotes de enfermedades que, de otro modo, se podrían prevenir fácilmente mediante la vacunación.
El mensaje llega en el período previo a la Semana Mundial de la Inmunización, que tiene lugar entre el 24 y el 30 de abril.
El mantenimiento de los servicios de inmunización es esencial para prevenir nuevos brotes generalizados de enfermedades fácilmente prevenibles y altamente contagiosas.
En una declaración, la OMS citó el brote de sarampión de 2019 en la República Democrática del Congo que mató a 6.000 personas. Ese brote coincidió con un gran brote de Ébola en el país, lo que pone de relieve lo importante que es mantener los servicios de inmunización, así como otros servicios de salud esenciales- para prevenir nuevos brotes.
Asimismo, mientras los sistemas de salud existentes en todo el mundo luchan por mantener el ritmo de la COVID-19, nuevos brotes debidos al cese de las vacunaciones podrían servir para abrumarlos completamente.
“Los brotes de enfermedades no deben seguir siendo una amenaza cuando disponemos de vacunas seguras y eficaces para protegernos”, dijo el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una declaración.
“Mientras el mundo se esfuerza por desarrollar una nueva vacuna para COVID-19 a una velocidad récord, no debemos arriesgarnos a perder la lucha por proteger a todos, en todas partes, contra las enfermedades prevenibles por vacunación. Estas enfermedades volverán a rugir si no las vacunamos.”
La carrera para desarrollar la primera vacuna eficaz contra el coronavirus ha visto a laboratorios de EE.UU., China, Alemania e Israel trabajando día y noche en posibles candidatos a vacuna. Sin embargo, incluso con el proceso acelerado que tienen muchos laboratorios, todavía es poco probable que una vacuna pueda estar lista en un futuro próximo. Por lo tanto, es esencial que las vacunas existentes se utilicen para prevenir cualquier otro brote de otras enfermedades.
Esto es especialmente preocupante dado que muchas personas alrededor del mundo todavía no están vacunadas.
Según las cifras de la OMS, las tasas de vacunación han ido aumentando a lo largo de los años. En 2018, el 86% de los niños menores de cinco años en todo el mundo fueron vacunados contra el sarampión, en comparación con el 72% en 2000 y el 20% en 1980.
Sin embargo, la cobertura de vacunación mundial está todavía lejos del 95% de la cobertura necesaria para prevenir completamente los brotes. En 2018, casi 20 millones de niños en todo el mundo no recibieron vacunas y, según la OMS, aproximadamente 13 millones de esos niños nunca han recibido ninguna vacuna.
Una de las principales preocupaciones con respecto a posibles brotes futuros es el sarampión, especialmente si las tasas de vacunación disminuyen.
Según las nuevas directrices de inmunización de la OMS, los gobiernos deben hacer una pausa en algunas campañas de inmunización en las que no haya un brote activo de una enfermedad que pueda prevenirse mediante una vacuna. No obstante, la organización insta a que se continúe con la inmunización sistemática de los niños como un servicio esencial al que se debe dar prioridad, al igual que las vacunas para adultos, como las vacunas contra la gripe, la hepatitis B y la rabia para los grupos de riesgo.