Las Naciones Unidas (ONU) están investigando las denuncias de corrupción y mala conducta ética cometidas por altos funcionarios del Organismo de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA).
“Una investigación está en curso” y el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, “está comprometido a actuar con rapidez al recibir el informe completo”, dijo el portavoz de la ONU, Farhan Haq, a los periodistas en Nueva York el lunes.
Habló a raíz de un artículo de Al-Jazeera, que decía que había recibido una copia de un informe interno de 10 páginas de UNRWA en el que supuestamente acusaba de corrupción al Comisionado General de UNRWA, Pierre Krahenbuhl, la Comisionada General Adjunta Sandra Mitchell, el Jefe de Gabinete Hakam Shahwan y la Asesora Superior de la Comisionada General Maria Mohammedi, y pidió que se les retirara de la institución. Mitchell y Shahwan abandonaron UNRWA en julio.
Los acusó de nepotismo y alegó que habían creado una atmósfera de miedo, intimidación e intimidación, lo que indica que los problemas se agudizaron en 2018.
El informe alegó además que Krahenbuhl explotó su poder para promover a sus asociados y descuidó su papel a favor de los viajes extensivos alrededor del mundo, según Al-Jazeera.
A pesar de la crisis financiera de UNRWA, Krahenbuhl realizó muchos viajes a los Estados del Golfo, donde disfrutó de muchos meses de viajes de negocios. Mohammadi viajó junto con el comisario general y, según el informe, su relación era algo más que profesional.
En una declaración a Al-Jazeera, Krahenbuhl desestimó las acusaciones, afirmando: “Si la investigación actual, una vez finalizada, presentara hallazgos que requieran medidas correctivas u otras acciones de gestión, no dudaré y no dudaremos en tomarlas”, dijo en un comunicado a Al Jazeera.
El enviado especial de los Estados Unidos, Jason Greenblatt, dijo en Twitter: “Estamos muy preocupados por las acusaciones a UNRWA. Instamos a la ONU a que lleve a cabo una investigación completa y transparente”.
Añadió que “el modelo de la UNRWA está roto/insostenible [y] se basa en un número cada vez mayor de beneficiarios. Los palestinos que viven en campos de refugiados merecen algo mucho mejor”.
El informe Al-Jazeera se presenta cuando UNRWA se encuentra en medio de una crisis financiera, provocada en parte por la decisión de la administración Trump de poner fin a su financiación anual de 360 millones de dólares en 2018. La administración Trump ha pedido repetidamente a la ONU que cierre UNRWA, argumentando que no ha prestado servicios al pueblo palestino y que sus criterios para ser considerado un refugiado palestino son un obstáculo para resolver el conflicto israelí-palestino.
La Asamblea General de las Naciones Unidas se ha fijado este año para renovar el mandato de UNRWA. El UNRWA presta servicios a 5.4 millones de “refugiados palestinos” en Siria, Jordania, el Líbano, Gaza, Judea y Samaria, Jordania y el este de Jerusalén.