El jueves, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, criticó el informe de un experto independiente en derechos humanos de la ONU, argumentando que el ataque de un avión no tripulado estadounidense que mató a un alto general iraní en enero fue un acontecimiento “decisivo” en el uso de aviones no tripulados y constituyó una violación del derecho internacional.
El informe, presentado por Agnes Callamard al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el jueves, relata los acontecimientos en torno a la muerte del general iraní, Qassem Soleimani, y las implicaciones legales de su asesinato como parte de una visión más amplia sobre el uso de ataques con aviones no tripulados.
Callamard, un relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias que fue comisionado por el consejo, calificó el ataque de enero en Irak como “el primer incidente conocido en el que un estado invoca la autodefensa como justificación para un ataque contra un funcionario del gobierno fuera de un conflicto armado declarado”.
Pompeo señaló en una declaración a finales del jueves que los Estados Unidos rechazó su informe y “opiniones”.
“Las conclusiones de la Sra. Callamard son falsas”, mencionó. “El ataque que mató al general Soleimani fue en respuesta a la creciente serie de ataques armados en los meses anteriores por parte de la República Islámica de Irán y las milicias que ésta apoya contra las fuerzas e intereses estadounidenses en la región de Medio Oriente”.
Pompeo afirmó que el ataque al Aeropuerto Internacional de Bagdad se llevó a cabo “para disuadir a Irán de lanzar o apoyar nuevos ataques contra los Estados Unidos o los intereses de este último, y para degradar las capacidades de la Fuerza Al-Quds”. Añadió que Callamard “da más motivos para desconfiar de los mecanismos de derechos humanos de la ONU”.
El gobierno de Trump sacó a los Estados Unidos del consejo de derechos hace dos años, acusándolo de tener un sesgo antiisraelí y alegando que acepta demasiado los regímenes autocráticos que abusan regularmente de los derechos humanos.
Callamard es quizás más conocido por dirigir una investigación sobre el asesinato del columnista del Washington Post, Jamal Khashoggi, de nacionalidad saudí, y por publicar un informe mordaz sobre las acciones de los funcionarios saudíes.
En su nuevo informe, Callamard reconoció que el derecho internacional humanitario y las normas de derechos humanos pueden dar “respuestas divergentes” sobre la validez jurídica de algunos ataques con aviones teledirigidos, y el que se refiere a Soleimani planteó “una auténtica incertidumbre sobre cómo interpretar su legalidad”.
Indicó que los Estados Unidos no se habían “comprometido” con ella cuando redactó el informe sobre el avión teledirigido. Pero basándose en las pruebas que los Estados Unidos proporcionaron, “el ataque al general Soleimani y las muertes de sus acompañantes constituyen una matanza arbitraria de la que, según el derecho internacional de los derechos humanos, los Estados Unidos son responsables”, explicó.
Callamard escribió que el ataque contra Soleimani era “cualitativamente diferente” de otros ataques con aviones no tripulados dirigidos a actores no estatales.
“Esta es la razón principal por la que el ataque a Soleimani se considera un cambio decisivo en la conducta de los ataques y asesinatos extraterritoriales”, declaró en el informe.
“Es difícil imaginar que un ataque similar contra un líder militar occidental no se considere un acto de guerra, que pueda dar lugar a una acción intensa, política, militar y de otro tipo, contra el Estado que lanza el ataque”, añadió.
Entre otras recomendaciones, el informe pide a las Naciones Unidas que examine el marco jurídico sobre el uso de los aviones no tripulados y que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que Callamard calificó de “desaparecido en acción” en el tema de los ataques con aviones no tripulados, se haga cargo de las cuestiones.
La publicación del informe se produjo cuando los Estados Unidos están montando una ofensiva diplomática cada vez más intensa para tratar de presentar a la República Islámica de Irán como el régimen más corrupto del mundo.
Teherán ha respondido emitiendo una orden de arresto internacional y pidiendo ayuda a la Interpol para detener al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y a docenas de otros que cree que llevaron a cabo el ataque con drones en Soleimani. Trump no corre peligro de ser detenido, y la Interpol informó que no consideraría la petición de Irán.