Israel está aplicando contra los palestinos de Cisjordania una versión aún más extrema del apartheid que Sudáfrica aplicaba contra los negros antes de 1994, según denuncia Pretoria ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
“Nosotros, como sudafricanos, percibimos, vemos, oímos y sentimos hasta la médula las inhumanas políticas y prácticas discriminatorias del régimen israelí como una forma aún más extrema del apartheid que se institucionalizó contra la población negra en mi país”, afirma Vusimuzi Madonsela, embajadora de Sudáfrica en los Países Bajos, donde tiene su sede el máximo tribunal del mundo.
Un número sin precedentes de 52 países se han pronunciado ante la CIJ, a la que se ha pedido que emita una “opinión consultiva” no vinculante sobre las “consecuencias jurídicas” de los 56 años de dominio israelí en los territorios. Israel rechaza desde hace tiempo toda afirmación de que esté perpetrando cualquier forma de apartheid.
“Está claro que la ocupación ilegal de Israel también se administra infringiendo el delito de apartheid… Es indistinguible del colonialismo de colonos. El apartheid de Israel debe terminar”, afirma Madonsela.
Afirma que Sudáfrica tiene la “obligación especial” de denunciar el apartheid dondequiera que se produzca y garantizar que “se le pone fin de inmediato”.
El caso es independiente de la sonada demanda presentada por Pretoria contra Israel por presunto “genocidio” durante su actual ofensiva en Gaza, desencadenada por la embestida del grupo terrorista Hamás el 7 de octubre.
Israel no participa en las vistas orales, pero envió una contribución escrita en la que calificaba de “prejuiciosas” y “tendenciosas” las preguntas formuladas al tribunal.
Ayer, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores denunció la audiencia del día tras su conclusión, alegando que la Autoridad Palestina estaba “intentando convertir un conflicto que debería resolverse mediante negociaciones directas y sin imposiciones externas en un proceso legal unilateral e improcedente”.