La UNRWA, la agencia de la ONU que asiste a los “refugiados palestinos”, ha iniciado una investigación sobre el presunto antisemitismo y el sesgo anti Israel de su personal.
La investigación se puso en marcha después de que un informe de UN Watch revelara que más de 100 educadores y personal de la UNRWA han promovido públicamente el antisemitismo y la violencia en las redes sociales, y que en numerosas ocasiones la agencia no ha despedido a los profesores que incitaban a ese odio.
“UNRWA defiende los valores de las Naciones Unidas y tiene una política de tolerancia cero para el odio. La Agencia se toma en serio cada acusación. Ha puesto en marcha inmediatamente una investigación exhaustiva a través del debido proceso para determinar si alguna de estas 10 personas, de los más de 28.000 miembros del personal, violó las políticas de medios sociales de la Agencia que prohíben al personal participar en comportamientos no neutrales en línea”.
La agencia también pareció reconocer que algunos de sus empleados cruzaron una línea en su comportamiento en línea. “Nos preocupa que algunos de los puestos violen nuestras reglas y políticas, y en caso de que se detecte una mala conducta, la UNRWA tomará medidas administrativas o disciplinarias inmediatas”, dijo.
Tras la publicación del informe de UN Watch, el embajador de Israel en Estados Unidos y en las Naciones Unidas, Gilad Erdan, envió cartas de queja al Secretario General de la ONU y al Comisionado General de la UNRWA y les exigió que tomaran medidas.
Bajo la administración del anterior presidente estadounidense, Donald Trump, Washington puso fin en gran medida a la financiación de la Autoridad Palestina y de la UNRWA, que gestiona una red de programas educativos y médicos para los “refugiados palestinos” en todo Oriente Medio.
Pero el gobierno de Biden ha reanudado la financiación de la agencia, añadiendo 150 millones de dólares en ayuda económica, al tiempo que insiste en que impulsará reformas dentro de la agencia y no tolerará ningún sesgo antiisraelí.
Israel lleva mucho tiempo presionando para que se cierre la UNRWA, argumentando que contribuye a perpetuar el conflicto con los palestinos, ya que confiere el estatus de “refugiado” a los descendientes de los desplazados originalmente en la época de la Guerra de Independencia de Israel.
La UNRWA, cuyos 28.000 empleados son en su mayoría descendientes de “refugiados”, presta servicios de educación y asistencia sanitaria a unos 5,7 millones de árabes palestinos en campamentos de Jordania, Siria, Líbano, Cisjordania y Gaza.