El presidente de la Autoridad Palestina (AP) Mahmoud Abbas dijo el miércoles que no aceptarán ningún papel futuro de Estados Unidos en el proceso de paz debido al reconocimiento del presidente estadounidense Donald Trump de Jerusalén como la capital de Israel, y ya no se consideran comprometidos con los acuerdos existentes con el estado judío.
Abbas dijo en una reunión de emergencia de la Organización de Cooperación Islámica en Estambul que no podría haber «paz ni estabilidad» en el Oriente Medio hasta que Jerusalén sea reconocida como la capital de un Estado palestino.
Turquía es anfitriona de la OIC de 57 miembros luego de la decisión de Estados Unidos, una medida ampliamente criticada en todo el mundo pero aclamada por Israel. Se espera que la cumbre forje una posición unificada de países árabes y musulmanes.
«Jerusalén es y siempre será la capital del estado palestino … No habrá paz, ni estabilidad sin eso», proclamó Abbas.
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Calificó la declaración de Trump como un «crimen» y un «regalo» para el «movimiento sionista», como si «estuviera regalando una ciudad estadounidense», y afirmó que Washington ya no tenía ningún papel en el proceso de paz.
Abbas señaló que la comunidad internacional se había opuesto casi unánimemente a la decisión de Trump, calificándola como una «provocación» para musulmanes y cristianos y diciendo que se necesitaban medidas para proteger la identidad de la ciudad dividida.
«Les diremos a los israelíes que ya no estamos comprometidos con ningún acuerdo de Oslo hasta hoy», agregó, afirmando que la Autoridad Palestina tenía la intención de regresar a las Naciones Unidas para obtener la membresía plena.
«Acordamos con Estados Unidos no unirnos a las instituciones internacionales con la condición de que Estados Unidos no transfiera su embajada, no inicie ninguna acción contra nuestra oficina en Washington, y ordene a Israel congelar la construcción de asentamientos», dijo Abbas.
También hizo un llamado a todos los países de la OCI para que revalúen sus relaciones diplomáticas con todos los países a la luz de sus respuestas a la decisión de Trump.
Dirigiéndose a la reunión antes de Abbas, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anfitrión de la cumbre, instó al mundo a reconocer al Este de Jerusalén como la «capital de Palestina».
«Invito a los países que valoran el derecho internacional y la equidad a reconocer a Jerusalén ocupada como la capital de Palestina», dijo, y agregó que los países islámicos «nunca darían por vencidos» esa demanda.
Erdogan criticó fuertemente a Israel, calificándolo de «estado terrorista».
Erdogan dijo en su discurso que Jerusalén es una «línea roja» para los musulmanes, que no aceptaría ninguna «agresión» hacia sus santuarios islámicos, y afirmó que el «proceso para incluir a Palestina en los acuerdos e instituciones internacionales debería acelerarse».
Voz musulmana unificada en Jerusalén
Al convocar la reunión especial del miércoles, Erdogan, cuyo país ocupa la presidencia rotativa de la OCI, el principal organismo panislámico del mundo, buscaba reunir a los líderes musulmanes para una respuesta coordinada al reconocimiento estadounidense de que Jerusalén es la capital de Israel.
En su discurso de la semana pasada, Trump desafió las advertencias en todo el mundo e insistió en que, después de repetidos fracasos para lograr la paz, hacía tiempo que se necesitaba un nuevo enfoque. Describió su decisión de reconocer a Jerusalén como la sede del gobierno de Israel simplemente basada en la realidad.
La medida fue aclamada por el primer ministro Benjamin Netanyahu y por líderes de gran parte del espectro político israelí, pero rechazada por la comunidad internacional.
En el mundo musulmán y árabe, el anuncio de Trump provocó una gran ira, con decenas de miles de personas tomando las calles para denunciar al Estado Judío y mostrar solidaridad con los árabes de la Autoridad Palestina (AP). La decisión también provocó protestas en Judea y Samaria, así como en Gaza, con cuatro árabes muertos, dos, cuando atacaban a las fuerzas de seguridad en la valla fronteriza y otros dos en ataques aéreos israelíes en respuesta al lanzamiento de cohetes desde Gaza.
Los gobernantes de Hamás de la Franja de Gaza pidieron la semana pasada una nueva Intifada contra Israel e instaron a los árabes a atacar a soldados y a civiles.
El presidente iraní Hassan Rouhani, el rey jordano Abdullah II y el presidente libanés Michel Aoun se encuentran entre los jefes de Estado que asisten a la reunión.
Erdogan, que se considera a sí mismo un defensor de la llamada “causa palestina” y ha descrito repetidamente a Israel como un «estado terrorista», está buscando una dura declaración final contra la decisión.
Los países árabes hasta ahora han condenado a Israel sin anunciar ninguna medida concreta.
Los ministros de relaciones exteriores de la Liga Árabe en una resolución después de una reunión de emergencia en El Cairo el sábado instaron a Washington a rescindir su declaración de Jerusalén y la comunidad internacional para reconocer un estado palestino.
En la diplomacia telefónica intensiva en los últimos días, Erdogan ha buscado ganar el apoyo de líderes más allá del mundo musulmán. En una conferencia de prensa conjunta después de las conversaciones en Ankara a última hora del lunes, dijo que él y el presidente ruso Vladimir Putin habían adoptado un enfoque similar sobre el tema, acusando a Israel de continuar «añadiendo combustible a las llamas».
En Jerusalén, cientos de ársabes se congregaron después de las oraciones del viernes cerca de la mezquita Al-Aqsa, un lugar que, junto con la Cúpula de la Roca, son reminiscencias de la ocupación islámica en el Monte del Templo. El lugar más sagrado en el judaísmo y el tercero para el mundo islámico a partir de un mito espurio, es decir, que no se encuentra en el Corán.