Algunos miembros de la administración Trump están cada vez más frustrados con las críticas al plan de paz de Oriente Medio por parte de elementos de la derecha israelí, según un informe publicado por Israel Hayom el martes.
En enero de este año, el presidente Donald Trump dio a conocer el tan esperado plan de paz, que fue rápidamente respaldado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
El plan, en el que se pide que las negociaciones sobre el estatuto definitivo entre Israel y la Autoridad Palestina conduzcan al establecimiento de un Estado palestino, compromete a Israel a dejar las puertas abiertas a las negociaciones y a abstenerse de crear nuevas ciudades o ampliar las existentes en aproximadamente el 70% del territorio de Judea y Samaria.
Pero el plan también prevé el reconocimiento por los Estados Unidos de la soberanía israelí sobre aproximadamente el 30% de Judea y Samaria, incluido el Valle del Jordán, la costa del Mar Muerto y todas las ciudades israelíes de Judea y Samaria.
Si bien la legislación israelí apreciaba la disposición del plan para el ejercicio de la soberanía de Israel sobre partes de Judea y Samaria, el plan en su conjunto dividió a los nacionalistas israelíes del Consejo de Yesha, que representa a los israelíes que viven en Judea y Samaria, presionando a la administración para que abandone la demanda de un Estado palestino y obligando al Gobierno israelí a ignorar esta disposición del plan de paz.
Los funcionarios estadounidenses que participan en el plan de paz y su aplicación están evitando que Israel se oponga al plan, dijo Israel Hayom el martes, citando a un funcionario estadounidense familiarizado con los detalles.
“Si los colonos no quieren lo que la administración tiene que ofrecer ahora”, dijo el funcionario a Israel Hayom, “no deberían acudir a nosotros en el futuro”.
El funcionario recordó además a los críticos israelíes el plan de conducta pacífica del predecesor de la administración Trump hacia Israel, citando la decisión de la administración Obama de permitir que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte la resolución 2334, que condena las ciudades israelíes de Judea, Samaria y el este de Jerusalén como “asentamientos ilegales”.
“Se esperaba que vieran un panorama más amplio, que recordaran dónde estaban en diciembre de 2016 y que pensaran dónde podrían estar dentro de cuatro años si los palestinos seguían negándose a negociar con Israel”.