Unos 30 millones de kits de pruebas rápidas de coronavirus están en camino a Israel, dijo el martes el primer ministro Naftali Bennett en la apertura de la reunión del gabinete de coronavirus.
Los kits van a ser fundamentales para permitir el cambio de las normas de aislamiento en el sistema educativo. Según el plan, los niños van a ser sometidos a pruebas periódicas para identificar rápidamente a los infectados y evitar brotes en la escuela. Además, si están expuestos a un caso verificado, serán controlados cada día durante una semana -con una PCR al principio y al final del periodo, y con una prueba rápida entre medias- y no tendrán que estar en cuarentena a menos que den positivo.
“En la lucha contra el coronavirus, parece que en esta fase tenemos la sartén por el mango”, dijo Bennett. “Todos los parámetros muestran una disminución gradual de la morbilidad”.
“La tasa de personas que dan positivo está disminuyendo, el número de pacientes graves se redujo significativamente, pasando de 700 a unos 500 esta mañana, y día tras día, las salas de coronavirus de varios hospitales están en proceso de cierre, todo ello sin un solo día de cierre y sin restricciones destructivas”, añadió.
De hecho, el lunes se identificaron 3.186 nuevos casos, y el 2,7% de las 126.000 personas examinadas dieron positivo, el porcentaje más bajo desde julio.
Unos 505 pacientes se encontraban en estado grave, 200 menos que dos semanas antes.
Hasta el martes, la tasa de reproducción, o R, también se había mantenido por debajo de 0,8 durante varios días.
El índice mide cuántas personas infecta cada portador del virus y refleja la situación de unos diez días antes. Cuando se sitúa por debajo de 1, se considera que la enfermedad está remitiendo.
“Esta vez, a pesar de la dirección general positiva, no debemos caer en la complacencia ante el escurridizo virus”, advirtió Bennett.