El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirma que una Autoridad Palestina “revitalizada” debería retomar el control de Gaza si Israel consigue su objetivo de derrocar a Hamás, pero que los socios regionales y los organismos internacionales podrían desempeñar un papel provisional.
La postura expresada en un testimonio ante el Comité de Asignaciones del Senado es la primera vez que el gobierno de Biden declara públicamente su deseo de que la AP vuelva a Gaza, tras haber planteado la idea en privado a los socios regionales desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás.
Hamás expulsó a la AP de Gaza en 2007, tras obtener la mayoría de los votos en las últimas elecciones celebradas en el enclave un año antes.
“En algún momento, lo que tendría más sentido sería que una Autoridad Palestina eficaz y revitalizada tuviera la gobernanza y, en última instancia, la responsabilidad de la seguridad de Gaza”, dice Blinken en la audiencia del Senado.
“Si se puede llegar a eso en un solo paso, es una gran cuestión que tenemos que analizar. Y si no se puede, entonces hay otros acuerdos temporales que pueden implicar a otros países de la región”, afirma. “Puede implicar a agencias internacionales que ayudarían a proporcionar tanto seguridad como gobernanza”.
Blinken dice que no puede haber una “reversión del statu quo con Hamás dirigiendo Gaza”.
“Tampoco podemos tener —y los propios israelíes empiezan con esta propuesta— a Israel dirigiendo o controlando Gaza”, afirma.
Pero devolver la AP a Gaza sería muy difícil de llevar a la práctica, dado el estado históricamente débil de la AP. El órgano de gobierno en Judea y Samaria ha estado plagado de corrupción, ha perdido prestigio entre los palestinos por cooperar con Israel y ha visto disminuir el apoyo internacional con ofertas de paz rechazadas y continuos estipendios a los prisioneros de seguridad palestinos.
Los críticos del primer ministro Benjamin Netanyahu le han acusado de fortalecer a Hamás durante los últimos 15 años para dividir a las facciones palestinas y debilitar a la AP, más moderada, que reconoce a Israel y apoya una solución de dos Estados.
La oficina de Netanyahu insiste en que actualmente no mantiene conversaciones formales sobre su estrategia para el “día después” y que se centra únicamente en derrocar a Hamás. “Todo lo que se diga sobre decisiones para entregar la Franja de Gaza a la Autoridad Palestina o a cualquier otra parte es mentira”, afirmó su oficina en un comunicado el 20 de octubre.
Más recientemente, el Ministerio de Inteligencia, dirigido por el Likud, redactó un documento político en el que argumentaba que restaurar la AP en Gaza equivaldría a una victoria del movimiento nacional palestino que supondría un peligro para Israel.
Por su parte, Ramala ha afirmado que no tiene interés en volver a Gaza, a menos que forme parte de una iniciativa diplomática que una el enclave con Judea y Samaria y reactive el proceso de paz con Israel, algo que Estados Unidos apoya, pero que no ha despertado el interés de Israel.