El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha comenzado a reunirse con dirigentes árabes en Jordania, en el marco de su diplomacia itinerante en Oriente Próximo tras la guerra entre Israel y Hamás.
Blinken se reunió en primer lugar con el primer ministro provisional de Líbano, Najib Mikati, cuyo país, devastado económica y políticamente, alberga a Hezbolá, un grupo terrorista hostil a Israel respaldado por Irán.
Ni Blinken ni Mikati hablaron con los periodistas al término de su reunión en un hotel de Ammán. Blinken tampoco habló públicamente mientras posaba para las fotos con el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, cuyo país se ha erigido en el interlocutor más influyente con Hamás y ha sido clave para negociar la liberación limitada de rehenes en poder del grupo, así como para convencerlo de que permita a los ciudadanos extranjeros salir de Gaza y cruzar a Egipto.
A continuación, Blinken se reuniría con el director de la agencia de las Naciones Unidas encargada de asistir a los refugiados palestinos.
Posteriormente, Blinken mantendrá conversaciones de grupo con los ministros de Asuntos Exteriores de Qatar, Jordania, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, y con el presidente del comité ejecutivo de la OLP. Todas las partes han denunciado las tácticas de Israel contra Hamás, que según ellas constituyen un castigo colectivo ilegal contra el pueblo palestino.
Blinken también verá al rey Abdullah II de Jordania, cuyo país retiró esta semana a su embajador en Israel, y dijo al enviado de Israel que no regresará al país hasta que la crisis de Gaza hubiera terminado.
Sin embargo, los Estados árabes se han resistido hasta ahora a las sugerencias estadounidenses de que desempeñen un papel más importante en la crisis.