En los últimos años ha aumentado considerablemente la concienciación sobre la importancia de las pruebas de detección para asegurar que el cáncer se detecte a tiempo. En el caso del cáncer de mama, la concienciación es tan alta que cada año se detectan muchos casos mediante mamografías cuando la enfermedad está en una fase muy temprana y existen numerosas opciones de tratamiento. En cambio, el cáncer de piel, que es el más frecuente en algunos grupos de edad, rara vez se detecta precozmente, ya que hay poca concienciación al respecto. Preguntamos al Dr. Mor Miodovnik, especialista en dermatología y oncología médica, con qué frecuencia hay que dejarse examinar por un dermatólogo y qué es importante saber.
“La recomendación es que toda persona visite al dermatólogo al menos una vez al año para una ‘revisión de lunares’, para comprobar todos los lunares y lesiones de la piel”, explicó Miodownik. “Desgraciadamente, no hay directrices y no se trata de una prueba de cribado conocida como la mamografía o la colonoscopia, pero es tan importante como otras pruebas de cribado conocidas”.
Se suele pensar que sólo las personas de piel clara corren el riesgo de desarrollar cáncer de piel y que, por tanto, deben ser examinadas por un dermatólogo, pero Miodovnik afirma que esto es incorrecto. Afirma que una amplia exposición al sol puede causar más cáncer de piel a las personas de piel clara, pero el riesgo de tumores cutáneos también existe entre las personas de piel más oscura, por lo que también deben someterse a pruebas.. El melanoma en la uña, por ejemplo, se caracteriza por una piel relativamente oscura.
¿Cómo se realiza la prueba?
El dermatólogo hará un examen completo y exhaustivo de la piel. Miodovnik aclara que la prueba debe incluir el cuero cabelludo, las manos y los pies y las zonas íntimas, ya que el melanoma y otros tumores cutáneos pueden desarrollarse incluso en lugares no expuestos al sol. Si el médico observa una lesión sospechosa, se toma una biopsia y se revisa el tejido para diagnosticar con precisión la naturaleza de la lesión.
En algunos casos, cuando el dermatólogo diagnostica una lesión precancerosa, ésta puede tratarse congelándola con nitrógeno líquido o prescribiendo un tratamiento tópico con una pomada. Si no está claro si el lunar es canceroso o no, se extirpa en su totalidad junto con una zona de piel alrededor de la mancha. Miodovnik añade que el dermatólogo debe conocer el protocolo de seguimiento de los pacientes de riesgo y asegurarse de que se cumple. Si alguien recibe un diagnóstico de cáncer de piel, los controles pueden realizarse con mayor frecuencia, por ejemplo, cada seis meses.
Asegúrese de que su dermatólogo utiliza un dermoscopio. Según Miodovnik, “el dermatoscopio es en realidad una herramienta integral que utiliza luz polarizada y una ampliación de las estructuras 10 veces de media y ayuda a ver las estructuras con una mejor resolución y a distinguir entre lesión benigna y maligna” También existe la posibilidad de vigilancia fotográfica que permite un examen más preciso y eficaz a las personas de múltiples lunares o lesiones pigmentadas. Fotografiar las lesiones permite realizar una comparación objetiva entre puntos temporales e identificar los cambios de dimensión y tiempo.
También se pueden detectar lesiones sospechosas y pedir al médico que las revise. Miodovnik dice que hay que buscar la asimetría, es decir, que las dos mitades del lunar no coincidan, que los bordes sean irregulares, que la lesión tenga varios colores, que la mancha tenga más de 6 mm, es decir, el tamaño de la goma de un lápiz, y cualquier cambio que se observe durante un periodo de varios meses, como que la mancha crezca, pierda color o sangre. Busque también el signo del “patito feo”, una lesión anormal en el paisaje de lesiones permanentes del paciente. Todo esto son señales de alarma y debe acudir a un dermatólogo lo antes posible.
Si tiene cáncer
Miodovnik explicó que la radiación UV provoca daños en el ADN celular de varias maneras, lo que lleva a una cadena de acontecimientos al final de la cual la célula se vuelve cancerosa. Uno de los errores en el ADN se produce al principio del proceso y provoca daños en una proteína llamada BRAF. Este daño se detecta en aproximadamente el 50% de los melanomas. En la actualidad, existe un tratamiento eficaz y dirigido a los objetivos para el melanoma avanzado que inhibe la actividad de la proteína defectuosa. El médico debe comprobar la presencia del gen defectuoso que da lugar a la formación de la proteína defectuosa en cualquier caso de melanoma avanzado para identificar a los pacientes que se beneficiarán de este tratamiento.
Incluso en los casos en que el melanoma está avanzado, hay dos opciones de tratamiento eficaces. Miodovnik explica que una es la inmunoterapia, que utiliza el sistema inmunitario del paciente como tercera parte para identificar eficazmente las células cancerosas y provocar su ataque. La segunda es la terapia dirigida del inhibidor BRAF, que actúa directamente sobre la célula cancerosa.