El domingo, Estados Unidos expresó su preocupación por el “papel desestabilizador” de los representantes iraníes en Oriente Medio tras el lanzamiento de los cohetes de Hezbolá en el norte de Israel.
Un portavoz del Departamento de Estado, citado por AFP, dijo que Estados Unidos “apoya el derecho de Israel a la autodefensa”.
“Hezbolá debe abstenerse de acciones hostiles que amenacen la seguridad, la estabilidad y la soberanía del Líbano”, añadió el funcionario.
El domingo pasado, el Representante Especial de Estados Unidos para las Negociaciones Internacionales, Jason Greenblatt, apoyó el uso de la fuerza por parte de Israel contra objetivos terroristas en el sur del Líbano.
Greenblatt acusó a Irán de este brote, que dio lugar al lanzamiento de varios misiles antitanque desde el sur del Líbano contra vehículos israelíes y una base militar cerca de la ciudad de Avivim, en el norte de Israel.
“Misiles disparados desde el Líbano a Israel. Irán tiene proxys en Líbano y Gaza que dañan a Israel, socavan las posibilidades de paz y amenazan un futuro mejor para los palestinos”, dijo Greenblatt en Twitter.
“Estados Unidos apoya a Israel y apoya plenamente su derecho a la protección contra todos los ataques”, añadió.
Las fuerzas israelíes tomaron represalias contra varios objetivos en el Líbano meridional disparando más de 100 proyectiles de artillería y ataques aéreos contra emplazamientos de Hezbolá.
Hezbolá afirmó haber destruido un vehículo blindado israelí, matando e hiriendo a la tripulación que se encontraba en su interior.
Sin embargo, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu negó esta acusación, afirmando que ningún soldado israelí resultó muerto o herido el domingo.
Antes de los comentarios de Greenblatt y del Departamento de Estado, el Líbano se dirigió tanto a Estados Unidos como a Francia, pidiendo a ambos países que intervinieran después de la escalada del conflicto.