Yossi Cohen insiste en que Israel debe sostener el cerco en la Franja de Gaza, a pesar de las crecientes presiones internacionales, subrayando la necesidad de tiempo y recursos para cumplir objetivos militares.
El ex director del Mossad, Yossi Cohen, se pronunció firmemente contra el levantamiento del asedio israelí en la Franja de Gaza, incluso frente a intensas demandas internacionales para que se faciliten bienes esenciales en la región. Durante una entrevista concedida a la emisora Kan el lunes, Cohen enfatizó la importancia crítica del factor temporal en las operaciones militares actuales.
“Requerimos capacidades y tiempo para alcanzar nuestros objetivos en Gaza. En este momento, con Gaza bajo asedio, mi posición es que no debemos «pestañear»”, expresó Cohen, utilizando una metáfora para indicar la necesidad de mantener una postura firme y constante.
Cohen mostró preocupación por la reciente decisión del gobierno de reanudar el suministro de agua al sur de la Franja de Gaza, interpretándola como una señal de debilidad si esta se debió a presiones externas. Acentuó su posición aludiendo a la participación de civiles gazatíes, no solo miembros de Hamás, en terribles actos de violencia y asesinatos.
El estratega militar también hizo hincapié en la necesidad de una táctica pragmática para desmantelar el poder de Hamás en la región, declarando que “el escenario anterior no puede repetirse”. Abogó por una gestión cuidadosa de las evacuaciones y un enfoque humano para minimizar los daños entre los civiles de Gaza, en preparación para una posible ofensiva terrestre.
En cuanto a la ayuda humanitaria, Cohen no se opone a la entrada de suministros esenciales como agua, alimentos y medicamentos a través de Rafah, la frontera con Egipto. Sin embargo, se mostró resuelto en restringir materiales como combustible y de construcción, subrayando que la permisividad de Israel en el pasado hacia estos suministros fortaleció a Hamás, facilitando sus actos violentos en el sur de Israel.
Reafirmó la imposibilidad de garantizar que los materiales enviados a Gaza no sean aprovechados por Hamás, insistiendo en la rigidez del asedio con excepciones limitadas para necesidades humanitarias básicas.
Paralelamente, tras el devastador ataque de Hamás que masacró a más de 1.300 israelíes, el ministro de Energía, Israel Katz, anunció la reanudación del suministro de agua a ciertas áreas de la Franja de Gaza. Esta medida, acordada entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente estadounidense Joe Biden, busca alentar el desplazamiento de civiles hacia áreas más seguras del enclave.
Katz había manifestado previamente una postura firme contra el restablecimiento de servicios básicos hasta la liberación de los rehenes israelíes por parte de Hamás y la Yihad Islámica, reiterando su compromiso con un trato recíproco en términos humanitarios.
El enclave costero, que depende en gran medida de Israel para sus suministros básicos, ha sufrido un golpe considerable con el cese de operaciones en plantas desalinizadoras y de tratamiento de aguas residuales, exacerbando la ya crítica situación humanitaria en la Franja de Gaza.