La familia de un soldado que murió en combate en la Franja de Gaza el año pasado ha informado que les han dado un ultimátum: retirar la lápida que tiene una cruz o trasladar el cuerpo del cementerio militar de Haifa.
El sargento David Bogdanovskyi, de 19 años, murió en diciembre, cuando un misil guiado antitanque impactó el vehículo blindado de ingeniería Namer en el que viajaba junto con otros soldados en Jan Yunis, al sur de Gaza. Tras el suceso, su familia recibió una carta del Consejo Público para la Conmemoración de los Soldados Caídos del Ministerio de Defensa, que marcó el inicio de una disputa prolongada. Durante varios meses, la lápida de Bogdanovskyi ha estado cubierta con una tela negra.
Bogdanovskyi y su familia emigraron de Ucrania a Israel en 2014. Su madre defendió la decisión de poner una cruz en su lápida a través de una publicación en Facebook, explicando que David sentía un profundo amor por Israel y que la cruz era un elemento esencial de su identidad y de la fe en la que había sido criado.
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La familia expresó a los medios hebreos su incomprensión sobre por qué les exigían retirar la cruz, argumentando que había otras tumbas en el cementerio con símbolos similares. Un pariente comentó a Channel 12: “La familia está destrozada, no paran de llorar, y están desesperados por la situación. Nos dijeron que si no quitábamos la lápida, moverían la tumba”.
En Israel, el entierro, como el matrimonio y el divorcio, se regula según la ley religiosa, por lo que los cementerios suelen estar segregados por confesiones. No obstante, en 2013, la Knéset aprobó una ley que permite enterrar a soldados no judíos junto a sus camaradas judíos en cementerios militares.
La modificación de la ley establece que todo soldado que fallezca, incluyendo aquellos con derechos de inmigración según el Artículo 4(a) de la Ley del Retorno —es decir, familiares no judíos de judíos—, puede ser enterrado junto a otros soldados en la misma parcela y fila. Esta ley contempla el entierro de soldados entre la población de 300.000 inmigrantes de la ex Unión Soviética, quienes llegaron como familiares de judíos, pero no son considerados judíos por la halajá.
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Un familiar de Bogdanovskyi comentó: “No entendemos por qué nos piden esto. Hay otras tumbas con cruces. ¿Por qué tenemos que quitar la de David específicamente?”
La lápida de Bogdanovskyi está hecha de mármol negro e incluye una imagen suya con el uniforme militar, su nombre en cirílico ucraniano, los símbolos de su unidad y una pequeña cruz. Esta se coloca sobre la placa estandarizada de piedra que decora todas las tumbas militares en Israel.
En respuesta a las quejas, el Ministerio de Defensa afirmó que ha mantenido diálogos prolongados con la familia Bogdanovskyi en busca de una solución, ya que la cruz contraviene las regulaciones del cementerio militar, que prohíben símbolos religiosos como las cruces. La institución recibió quejas de familiares de soldados judíos sepultados en las cercanías, quienes expresaron que la cruz les ofende y afecta su capacidad de rezar y recitar el Kadish, la oración de duelo. Además, el rabino militar jefe dictaminó que la presencia de la cruz atenta contra la santidad del cementerio.
El Ministerio de Defensa destacó que continúa en consultas con la familia para intentar alcanzar un acuerdo.