Tras el primer ministro, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, arremete contra las críticas a Israel por su ofensiva contra Hamás en Gaza, en unas declaraciones que parecen dirigidas en parte al presidente francés, Emmanuel Macron.
Destaca el destino de Kfir, un bebé de 10 meses del kibutz Nir Oz. Kfir y su familia fueron secuestrados en Gaza. Gallant dice que tiene un nieto de la misma edad. Se preocupa desesperadamente por Kfir, dice. “¿Quién cuidará de él… entre esos salvajes…? Un niño pequeño que aún no camina… Tenemos la obligación suprema de traer a los rehenes a casa”.
En este contexto, prosigue, “escucho a algunos [líderes mundiales] y me pregunto y les pregunto: ¿Cómo pueden ser tan osados de predicarnos la moral en pleno combate? Mil quinientos soldados, civiles, mujeres y niños fueron secuestrados o asesinados… Sucedió hace solo un mes. Todo el mundo vio lo que pasó”, afirma Gallant.
“Quiero decir a los dirigentes europeos que nos critican: el Estado de Israel y el pueblo de Israel en 2023 no están en el año 1943”.
“Tenemos los medios y la obligación de defendernos, por nosotros mismos, y eso es lo que haremos. No descansaremos hasta que hayamos llevado a cabo nuestra misión, y la hayamos llevado a cabo para que Hamás sea derrotada”, añade.
“Cuando termine la guerra, no habrá ninguna organización terrorista llamada Hamás”, promete.
Gallant afirma que Hamás “está sometida a una gran presión” debido a los avances de las FDI en Gaza. “Oyen los tanques sobre los túneles… y saben perfectamente que llegaremos hasta ellos. Tienen miedo”.
Cuanto más potente sea la ofensiva terrestre, mayor será la presión sobre Hamás y mayores las posibilidades de llegar hasta los rehenes, afirma.
Fustiga la “agresión” contra Israel desde el otro lado de la frontera norte y dice que Hezbolá “está jugando con fuego”.
Los civiles libaneses deben saber que si el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, “comete un error, el destino de Beirut será probablemente como el de Gaza”.