El miércoles, personas en Israel y en otras partes del mundo se comprometieron a vestir de naranja para honrar a los dos últimos niños secuestrados en Gaza, cuya coloración de cabello es de ese tono.
El «Día Naranja», en recuerdo de Kfir y Ariel Bibas y sus padres, Shiri y Yarden, se convirtió en una nueva iniciativa para mantener la atención global sobre esta familia de cuatro miembros. Fueron capturados el 7 de octubre de 2023 por terroristas de Hamás en Kibbutz Nir Oz y, desde entonces, han simbolizado la angustia de los rehenes.
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Grafitis que retratan a la familia, como uno en Tel Aviv donde se ve al hermano mayor empujando un cochecito con el mensaje «Ariel nunca volverá a ser el mismo», adornan las calles de Israel. Los esfuerzos para mantener viva su memoria se han difundido por todo el mundo, inspirando arte, oraciones, canciones e incluso una búsqueda en línea luego de un video que mostraba a dos niños pelirrojos entre una multitud en Gaza.
A pesar de la disminución de motivos para el optimismo, el simbolismo de la familia sigue vigente. Los israelíes y sus representantes más prominentes mantienen la esperanza de que los Bibas continúan con vida.
Itamar Lippner, un abogado de Tel Aviv, expresó esta semana en redes sociales lo que muchos piensan: «Todas las señales apuntan a malas noticias». Sin embargo, agregó, “por supuesto, sigo rezando para que todas las señales estén equivocadas”.
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Preocupaciones graves El gobierno de Israel parece estar preparando al público para un desenlace trágico. A pesar de que otros rehenes han sido liberados durante el alto el fuego actual, no hay señales de que las autoridades hayan insistido en la liberación de los Bibas. Mientras que la demora en la liberación de otro rehén, Arbel Yehud, amenazó con descarrilar el alto el fuego, Israel no ha lanzado ultimátums similares respecto a la familia Bibas.
La semana pasada, Daniel Hagari, portavoz de las FDI, expresó públicamente «graves preocupaciones por su suerte». En los últimos días, se conoció que de los 26 rehenes que aún permanecen cautivos tras la primera fase del alto el fuego, 18 están vivos y ocho muertos.
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La familia Bibas, con su padre Yarden, Ariel, Shiri y el bebé Kfir, se ha convertido en símbolo de la lucha por los cautivos. Al igual que el «Día Naranja», esta es solo una de las muchas iniciativas para mantener a los Bibas en la memoria colectiva.
La información sobre los rehenes es escasa. Los mensajes de apoyo se viralizan a través de las redes sociales, y grafitis y arte público siguen reflejando el sufrimiento y la esperanza que genera la situación. Este simbolismo se ha convertido en un faro de esperanza y dolor para muchas personas.
No obstante, los rumores y la incertidumbre persisten. La familia y sus representantes continúan rechazando las especulaciones sobre su muerte y piden respeto ante la angustia que viven.
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El dolor por los Bibas no es exclusivo de Israel. En todo el mundo, los seguidores de la causa se sienten igualmente afectados, compartiendo su desesperación ante la incertidumbre sobre el destino de los niños y sus padres.