El presidente Isaac Herzog pronuncia un discurso a la nación sobre “la resistencia, el espíritu y el alma”, elogiando el “mosaico israelí” que ha conocido al visitar a los heridos, las familias de los rehenes y las comunidades desplazadas.
“Les digo lo que les dije a las familias, inequívocamente, los rehenes están en nuestros pensamientos, y su regreso es parte integrante del éxito de esta campaña —por supuesto— junto con la victoria en esta guerra decisiva contra el enemigo y el restablecimiento de la seguridad para todos los ciudadanos israelíes”, afirma.
Herzog promete que “las mejores mentes —miles de israelíes, desde los dirigentes del país hasta todos los niveles de los servicios de seguridad— trabajarán con profesionalidad y dedicación, cada minuto del día, para cumplir nuestro deber moral como país: traerlos de vuelta a casa”.
Acusa a Hamás de llevar a cabo una “campaña psicológica” contra Israel, y pide a los israelíes que no caigan en su trampa y difundan rumores infundados. Herzog también hace hincapié en la importancia de la unidad entre ciudadanos judíos y árabes.
“Debemos erradicar cualquier encarnación de enemistad, racismo y violencia hacia diferentes grupos dentro de nosotros”, dice Herzog, dirigiéndose a los espectadores judíos. “Recuerden que aquí hay docenas de ciudadanos árabes que pagaron con sus vidas la terrible masacre, y como parte de las fuerzas de seguridad y la FDI. Recuerden la responsabilidad mutua de la que hace gala la inmensa mayoría de la sociedad árabe de Israel”.
Concluye alabando el “espíritu inquebrantable” de Israel, llamándolo “el espíritu de una tormenta que surgió de las cenizas y la destrucción y que ya sopla con toda su fuerza”.
“Este espíritu se ha revelado poderosamente, en miles de historias heroicas del frente y del frente doméstico”, dice Herzog. “Sopla en cada mano tendida, en el ejemplar voluntariado israelí y en la responsabilidad mutua, buscando fortalecer, abrazar, apoyar. Sopla en cada rincón de nuestro extraordinario país, en cada rincón. Es un espíritu eterno, transmitido a nosotros por las generaciones que nos precedieron, un espíritu que seguirá guiándonos de generación en generación”.
“Este espíritu sois vosotros, mis hermanas y hermanos, el pueblo de Israel. La sociedad israelí es nuestra verdadera arma secreta”.