Al salir de la mezquita Husseini en el centro de Ammán después de las oraciones del viernes, los manifestantes, incluidos los líderes del principal movimiento islamista que organizó la marcha, cantaron: “Oh, Trump, oh, Trump, aléjate de nosotros. Jordania es fuerte y nunca nos arrodillaremos”.
El tan esperado “Acuerdo del Siglo” del presidente estadounidense Donald Trump ha alcanzado una resonancia política en Jordania, donde millones de ciudadanos palestinos viven codo con codo con los jordanos nativos.
Aunque los detalles del plan secreto de paz siguen siendo poco claros, el enfoque de Trump ha despertado los viejos temores de cualquier intento de resolver el conflicto de una manera que se adapte a Israel, pero que renuncie a los derechos de los palestinos a costa de Jordania.
Los manifestantes gritaron consignas en contra de la participación de Ammán en un seminario patrocinado por Estados Unidos en el Reino de Bahrein en el Golfo Pérsico el próximo martes, que Washington calificó de paso económico por su tan esperada iniciativa de paz.
“No hay normalización de las relaciones con Israel… hasta la Conferencia de Bahrein”, gritaron en voz alta los manifestantes furiosos y mezclaron canciones pro-islámicas con retórica antioccidental.
Algunos manifestantes llevaban pancartas de “Downhill Bahréin” mientras que cientos de policías se encontraban en medio de la calle principal en el centro de la capital.
Mientras que Jordania asistirá a la conferencia para implementar los aspectos económicos del plan Trump, enviará un mensaje de que “ninguna propuesta de dinero puede reemplazar una solución política que ponga fin a la ocupación israelí de Cisjordania (Judea y Samaria)”, dicen los funcionarios.
“Llegamos al consenso de que, como jordanos, rechazamos el seminario de Bahrein. Es una vergüenza para los que participan”, dijo Murad al-Adayla, jefe del Frente Islámico de Acción (IFA), el ala política de la Hermandad Musulmana, el grupo de oposición más grande del país.
Aunque el Reino mantiene relaciones pacíficas con Israel y fuertes lazos de seguridad, muchos jordanos están insatisfechos con Israel y se identifican con las aspiraciones palestinas de convertirse en Estado.
Sin embargo, algunos empresarios y funcionarios privados sostienen que Jordania, que atraviesa dificultades económicas, puede aprovechar cualquier plan de paz en Medio Oriente que prometa miles de millones de dólares en ayuda y financiación de proyectos.