La violencia espontánea no existe. Especialmente en Judea y Samaria. Basta con echar un vistazo a los últimos titulares para saber por qué.
Los informes casi diarios de pistoleros palestinos que abren fuego contra las tropas de las FDI y los civiles israelíes se producen mientras el ejército israelí continúa con su ofensiva contra el terrorismo y las armas inundan las calles, mientras la Autoridad Palestina pierde cada vez más el control.
Las FDI operan contra el terrorismo
La operación “Romper la ola” comenzó en abril, después de que una oleada de mortíferos atentados terroristas perpetrados por palestinos y árabes israelíes acabara con la vida de 20 personas.
Las FDI, el Shin Bet y la Policía de Israel han llevado a cabo miles de operaciones antiterroristas. La ola de violencia ha remitido desde entonces, sin que se haya producido ningún atentado mortal en el interior del país desde mayo.
En su lugar, los terroristas palestinos han centrado sus sitios en objetivos cercanos: Los soldados de las FDI que vigilan las carreteras y los puestos de control, así como las fuerzas que entran en las ciudades de Judea y Samaria para detener a personas buscadas.
Estas incursiones tienen lugar por la noche, en un intento de reducir las víctimas civiles y sorprender a los sospechosos en casa. Pero no es un secreto, y tanto los pistoleros armados como los jóvenes con cócteles molotov y piedras están preparados para un enfrentamiento incluso antes de que lleguen los convoyes militares.
Aunque se ha detenido a más de 1.000 palestinos buscados y se han incautado cientos de armas, los sospechosos no se rinden sin luchar.
Ecos de la Segunda Intifada
La intensa operación, que las FDI han comparado con la Operación Escudo Defensivo, lanzada en Judea y Samaria en 2002 para sofocar la Segunda Intifada, ha visto un aumento de los tiroteos entre las fuerzas de seguridad israelíes y los islamistas palestinos.
Los fuertes enfrentamientos se producen mientras las FDI siguen frustrando el contrabando de armas, desde pistolas hasta fusiles de asalto estadounidenses, desde Siria e Irak a través de Jordania hacia Israel como parte de Magen HaNegev (Escudo del Néguev).
Aunque se han confiscado cientos de estas armas, muchas más han podido llegar a manos de palestinos en Cisjordania que las han utilizado contra civiles y tropas israelíes.
No obstante, la operación ha aumentado el precio medio de los fusiles y la munición. Según un informe de Walla! News, el coste de un rifle ha subido de 80.000 NIS a 120.000 NIS.
Las fuerzas de seguridad han centrado su atención en las ciudades del norte de Judea y Samaria, Naplusa y Jenín, de donde proceden la mayoría de los atacantes y donde grupos terroristas como Hamás y la Yihad Islámica Palestina tienen un mayor control que las Fuerzas de Seguridad de la Autoridad Palestina (FAP).
Hamás ha dejado claro que prefiere un estallido de violencia en Judea y Samaria que en la Franja de Gaza, y sigue construyendo redes terroristas para llevar a cabo atentados que incluyen disparos y bombardeos contra objetivos israelíes.
Detenciones y disturbios en Judea y Samaria
La detención de un comandante de la Yihad Islámica palestina en Jenín fue la chispa que desencadenó la última ronda de enfrentamientos en la Franja de Gaza, conocida como Operación Amanecer.
Israel continuó con sus incursiones en Judea y Samaria durante los tres días de combates en los que el grupo lanzó más de mil cohetes.
Preocupado por la escalada de violencia, el ministro de Defensa, Benny Gantz, se ha reunido en varias ocasiones con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, pero el dirigente, de 86 años, tiene poca autoridad en la calle palestina casi 18 años después de haber sido elegido por primera vez.
La incapacidad del PASF para acabar con la militancia no sólo lleva a las fuerzas de seguridad israelíes a realizar más operaciones, sino que también está impulsando el apoyo a los grupos terroristas que llenan el vacío de control.
Durante el fin de semana, operativos de Hamás cerca de Jenín publicaron un vídeo en el que se les veía entrenando, un vídeo que se compartió posteriormente en las redes sociales y en los canales de noticias israelíes.
También se están celebrando concentraciones durante el día con cientos de palestinos armados, incluidos jóvenes y madres de palestinos muertos por las fuerzas de seguridad israelíes que blanden rifles.
Según un recuento reciente del Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina, este año han muerto más de 85 palestinos en Judea y Samaria y Jerusalén a manos de las fuerzas de seguridad israelíes, ya sea mientras cometían atentados o durante los enfrentamientos.
El recuento incluye a los que llevaron a cabo ataques dentro de Israel y a los miembros de grupos terroristas. La cifra incluye también 17 adolescentes menores de 18 años y 6 mujeres.
También han muerto más de una docena de transeúntes, entre ellos una adolescente que volvía a casa de estudiar y Shireen Abu Akleh, periodista de Al Jazeera que cubría una incursión israelí en Jenín.
No hace falta mucho para comprender que la tensión aumenta con cada muerte palestina, ya sea por una bala palestina o de las FDI.
La venganza se sirve caliente en Judea y Samaria, especialmente cuando los rifles de asalto están en manos de cada célula militante local.