Israel es una de las naciones más fuertes en cuanto a capacidades cibernéticas, según un informe publicado el lunes por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. Israel fue clasificado a la par con Australia, Canadá, China, Francia, Rusia y Gran Bretaña, y por encima de Irán y Corea del Norte.
El informe evaluó el poder cibernético de 15 países, separándolos en tres categorías en función de su capacidad para ayudar a los responsables nacionales a calcular el riesgo estratégico y decidir las inversiones estratégicas.
Estados Unidos ocupó el primer puesto de la lista y fue el único país en la categoría más alta.
“El dominio en el ciberespacio ha sido un objetivo estratégico de Estados Unidos desde mediados de la década de 1990”, decía el informe. “Es el único país con una fuerte huella global en los usos civiles y militares del ciberespacio… Estados Unidos mantiene una clara superioridad sobre todos los demás países en cuanto a su poderío en las TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación]”.
Israel se clasificó en la segunda categoría, junto con otros seis países.
Según el informe, Israel “fue uno de los primeros países en identificar el ciberespacio como una amenaza potencial para su seguridad nacional, y empezó a abordar la cuestión hace más de 20 años”.
El documento decía que los cambios tecnológicos y geopolíticos habían provocado varias reformas organizativas en Israel, que culminaron en 2018 con la creación de la Dirección Nacional Cibernética israelí dentro de la Oficina del primer ministro.
También citaba varios ciberataques atribuidos a Jerusalén por publicaciones extranjeras contra Teherán.
“Los ataques notables que se han atribuido a Israel incluyen el uso del gusano Stuxnet contra Irán, entre 2008 y 2010, y un ataque contra un puerto iraní en 2020”, decía el informe y añadía “parece que Israel tiene una capacidad bien desarrollada para las operaciones cibernéticas ofensivas y está preparado para llevarlas a cabo en una amplia gama de circunstancias”.
Junto con países como India, Japón y Corea del Norte, la tercera categoría también incluía al archienemigo de Israel, Irán.
Según el informe, “Irán se considera a sí mismo en una guerra cibernética y de inteligencia con sus enemigos. En 2010, cuando se reveló el ataque Stuxnet contra Irán por parte de Estados Unidos e Israel, el país tenía poco acceso a los proveedores internacionales de ciberseguridad y solo un número muy reducido de investigadores nacionales en este campo”.
“Desde entonces, sin embargo, se ha convertido en un actor cibernético decidido contra los intereses de Estados Unidos, los países árabes del Golfo e Israel”. Y sin embargo, las dificultades económicas y políticas “sugieren que Irán no podrá potenciar su capacidad de ciberdefensa autóctona con facilidad o rapidez”.