La prohibición del año pasado de sacrificar jabalíes en Haifa y una reciente pausa en el tráfico y la actividad humana debido a las restricciones del coronavirus han provocado un aumento de los animales que se instalan en la ciudad costera del norte, con avistamientos diarios de las bestias que vagan descaradamente por las calles.
Ahora, a medida que la vida pública vuelve a la normalidad después de semanas de encierro, los residentes de Haifa se enfrentan a nuevos retos planteados por los cerdos.
Sin embargo, para un estudiante de Haifa de los 50.000 que regresaron a clases el mes pasado, la creciente presencia de los jabalíes podría ser una ventaja.
¿Qué mejor excusa podría haber para no hacer la tarea que decir que un jabalí se la comió? Mejor aún, si ha grabado el acto en un video.
En las imágenes publicadas en línea desde fuera de una escuela en Haifa, un jabalí puede ser visto comiendo el contenido de la mochila escolar de Elad Koshiko mientras sus amigos lo miran con asombro.
“Pedimos una pizza y el jabalí vino y se comió la pizza y se comió el trabajo en mi mochila”, explica Koshiko a la cámara mientras el festín continúa en el fondo.
Haifa está al pie del Monte Carmelo, hogar de jabalíes, zorros, chacales y otros animales, todos protegidos por la ley israelí. Sin depredadores naturales en Haifa, su número puede crecer rápidamente.
Los jabalíes han entrado en Haifa durante mucho tiempo por la noche en busca de comida y agua. Pero los residentes dicen que en los últimos meses se han vuelto cada vez más audaces, bloqueando las carreteras, cavando jardines públicos y volcando grandes contenedores de basura.
Los cerdos salvajes arrancan la vegetación y hurgan en los cubos, provocando un feroz debate entre los defensores de los derechos de los animales y los que están a favor de expulsarlos o matarlos.
Los jabalíes, una especie de cerdo salvaje que se encuentra en toda Europa, Asia y el norte de África, pueden crecer hasta dos metros (más de seis pies) de longitud, aunque la mayoría son más pequeños.
Hasta que se impuso la prohibición de 2019, Haifa permitía periódicamente a los cazadores dispararles para reducir el número de ejemplares.