Al parecer, la policía israelí citó al hermano de la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh en una comisaría de Jerusalén el jueves, antes de su funeral en la capital el viernes, lo que está alimentando el temor a los disturbios.
Abu Akleh, de 51 años, fue asesinada a tiros la madrugada del miércoles en medio de enfrentamientos entre tropas israelíes y palestinos armados durante una incursión de las FDI en Jenín. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha acusado a Israel de “ejecutar” a Abu Akleh. Funcionarios israelíes han declarado que es demasiado pronto para determinar quién disparó la bala que la mató. El ministro de Defensa, Benny Gantz, fue citado diciendo a los periodistas extranjeros el miércoles por la noche que podrían haber sido “los palestinos los que la dispararon” o el fuego de “nuestro lado”.
Según Haaretz, Anton Abu Akleh, su hermano, fue convocado a una comisaría de policía en el norte de Jerusalén y se le advirtió que la policía dispersaría los procedimientos funerarios si las cosas se salían de control.
Los diputados de la Lista Conjunt,a Ahmad Tibi y Osama Saad,i acompañaron a Anton a la comisaría, según el informe.
Está previsto que el funeral del viernes pase por la Puerta de Jaffa y el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Se espera que cientos de miles de personas participen en el funeral de Abu Akleh, que era un rostro muy conocido en el mundo árabe por sus décadas de reportaje para Al Jazeera.
Según el diario Ma’ariv, cientos de policías, muchos de ellos encubiertos, se desplegarán el viernes a lo largo del recorrido del funeral para garantizar la calma.
Se espera que la procesión salga alrededor de las 14:00 horas de la casa de su familia en el barrio de Beit Hanina de Jerusalén y culmine finalmente en el cementerio cristiano del Monte Sión.
Un funcionario de la policía dijo a la emisora pública Kan que se está haciendo todo lo posible para que el funeral se desarrolle sin interrupciones.
“El mundo entero está pendiente de nosotros y de este acontecimiento”, dijo el funcionario. “El objetivo es evitar en lo posible cualquier fricción”.
También se ha manifestado la preocupación por posibles enfrentamientos en el Monte del Templo, el lugar sagrado que ha sido escenario de repetidos disturbios palestinos en el último mes.
Según la Red de Noticias Quds, Hamás ha hecho un llamamiento a sus seguidores para que se atrincheren en la mezquita de Al-Aqsa, en lo alto del monte, e impidan la entrada de las fuerzas israelíes.
El jueves por la mañana, en un acto estatal en memoria de Abu Akleh celebrado en el palacio presidencial de Ramallah y al que asistieron miles de personas, el presidente de la AP, Abbas, repitió la afirmación no probada de que Israel era responsable de la muerte del periodista.
“Consideramos a las autoridades de ocupación israelíes totalmente responsables de su asesinato”, dijo Abbas, prometiendo llevar el caso a la Corte Penal Internacional. “Este crimen no puede quedar impune”.
Miles de palestinos, incluidos los compañeros de Al Jazeera de Abu Akleh, acompañaron su cuerpo por las calles de Ramala hasta el complejo presidencial de la AP. La multitud constituyó un espectáculo inusual en la oficina de Abbas, que rara vez se ha abierto al público en general en los últimos años.
El cuerpo de Abu Akleh fue llevado después en una ambulancia a Jerusalén a través del puesto de control de Qalandiya, seguido por una gran procesión de palestinos. En las imágenes difundidas por Al Jazeera, se podía ver a algunos palestinos enmascarados levantando armas de asalto y disparando al aire.
Una primera autopsia del cuerpo de Abu Akleh realizada por forenses palestinos determinó que “no era posible” saber si fue asesinada por disparos israelíes o palestinos.
El primer ministro Naftali Bennett dijo el jueves que la AP estaba obstaculizando los esfuerzos para investigar el incidente.
“Espero una cooperación plena, abierta y transparente”, dijo, y añadió: “También espero que la Autoridad Palestina no tome ninguna medida destinada a obstruir la investigación o a comprometer su debido proceso, de manera que nos impida llegar a la verdad”.